En la provincia de Buenos Aires, la política atraviesa días de máxima tensión y negociaciones contrarreloj ante el inminente cierre de listas para las elecciones legislativas del próximo 7 de septiembre. El plazo para la presentación de candidaturas vence el sábado 19 de julio, y los principales espacios políticos ajustan los últimos detalles en sus nóminas, en un contexto de fuerte competencia y necesidad de consensos internos.

El peronismo, bajo el flamante frente Fuerza Patria, busca consolidar la unidad alcanzada tras el cierre de alianzas del 9 de julio. El armado de listas involucra a sectores alineados con el gobernador Axel Kicillof, el kirchnerismo, el massismo y los intendentes, quienes negocian la distribución de lugares en las boletas. "No habrá ninguna cabeza de lista que irrite a Axel Kicillof", aseguran fuentes del espacio, subrayando la centralidad del mandatario bonaerense en la definición de los candidatos.

Cristina Kirchner, aunque inhabilitada para ocupar cargos públicos, mantiene influencia a través de su hijo Máximo y otros dirigentes de confianza. En la Tercera Sección Electoral, la vicegobernadora Verónica Magario y el intendente de Almirante Brown, Mariano Cascallares, aparecen como los nombres más firmes para encabezar la lista, mientras que en la Sexta Sección se disputan lugares figuras como Luis Calderaro, Florencia Molini y Alejandro Dichiara.

Por su parte, La Libertad Avanza, en alianza con el PRO, define sus candidaturas en la Capital Federal, con Oscar Liberman como posible cabeza de lista. El oficialismo nacional, liderado por Javier Milei, prepara una campaña activa y se prevé la inclusión de candidaturas testimoniales, es decir, postulantes de renombre que podrían no asumir sus bancas.

La aparición de nuevos espacios, como Somos Buenos Aires, integrado por radicales y peronistas, introduce un factor de incertidumbre en una campaña que se anticipa polarizada pero con posibilidades de una elección de tercios. Analistas y dirigentes coinciden en que la clave será alcanzar consensos para evitar fracturas internas y presentar listas competitivas en todos los distritos.

El cierre de listas marcará el inicio formal de la campaña, en la que la presencia de figuras nacionales y la estrategia de cada espacio serán determinantes para el resultado electoral. El escenario bonaerense se presenta así como un termómetro clave de la política argentina, con negociaciones abiertas hasta último momento y la expectativa de una contienda reñida.