El presidente Javier Milei volvió a generar polémica con un discurso incendiario durante la Expo EFI, un evento que reunió a más de 1200 empresarios y dirigentes del sector financiero en Buenos Aires. En su intervención, Milei calificó a empresarios, políticos y periodistas como "hijos de puta que cagaron al país", una declaración que fue recibida con aplausos por gran parte de los asistentes.

El evento, celebrado en el Centro de Convenciones cercano a la Facultad de Derecho, se convirtió en un escenario donde el mandatario expuso su visión sobre el rol del Estado y la economía. Milei criticó duramente a los "ñoños republicanos" que cuestionan sus avances sobre la independencia de los poderes del Estado, y defendió su enfoque de un Estado más pequeño y menos regulaciones. "Empresarios prebendarios, políticos corruptos, periodistas ensobrados, los sindigarcas o los profesionales funcionales a este conjunto de hijos de puta que cagaron al país", afirmó el presidente, generando reacciones mixtas.

A pesar de las tensiones en sectores como la construcción y la industria, muchos empresarios presentes en el evento mostraron su apoyo al mandatario. Según fuentes de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), el respaldo al gobierno se debe a la expectativa de políticas económicas que reduzcan costos laborales e impositivos. "Las ventas van y vienen, pero hasta ahora no habíamos visto a nadie que fuera a fondo, sin importarle su supervivencia política, para hacer lo que los empresarios quieren", comentó un integrante de la CAC.

Sin embargo, la situación económica sigue siendo crítica en algunos sectores. La Cámara de la Construcción (CAMARCO) reportó que 1400 constructoras están al borde de la quiebra debido a la paralización de la obra pública. A pesar de ello, los directivos de CAMARCO han optado por apoyar al gobierno, emitiendo comunicados que destacan los riesgos de la falta de mantenimiento en infraestructura, pero sin confrontar directamente al Ejecutivo.

El fenómeno no es exclusivo de Argentina. Analistas han comparado el apoyo empresarial a Milei con el respaldo que recibió Donald Trump en Estados Unidos, donde sectores económicos priorizaron sus intereses sobre consideraciones democráticas. En el ámbito local, la radicalización discursiva del presidente ha alejado a algunos empresarios que antes apoyaban políticas más moderadas, pero ha consolidado el respaldo de otros que ven en su gobierno una oportunidad para un cambio estructural.

Críticos advierten que la retórica beligerante de Milei podría alimentar un clima de violencia y polarización en el país. "Es parte de la poca responsabilidad que tenemos como burguesía, sabiendo que también somos actores centrales del proceso democrático", señaló un empresario que prefirió mantenerse en el anonimato. Mientras tanto, el debate sobre el rol del empresariado en el contexto político actual sigue abierto, con posturas divididas entre el apoyo a las políticas del gobierno y las preocupaciones por sus implicancias a largo plazo.