Una mujer de 52 años permanece internada en estado crítico en el Hospital Cullen de Santa Fe tras ser brutalmente atacada por su expareja en la ciudad de Gálvez, departamento San Jerónimo. El hecho ocurrió cerca de la medianoche del miércoles, cuando la víctima, que se había refugiado en la casa de una amiga para escapar de una situación de violencia sostenida, fue sorprendida por el agresor, identificado como Diego López.

Según fuentes policiales y testimonios de familiares, la mujer intentó huir al percatarse de la presencia de su expareja, pero fue alcanzada en la vía pública, donde recibió golpes y al menos tres heridas punzantes. La amiga de la víctima fue quien alertó al 911, permitiendo la rápida llegada de la policía y el servicio de emergencias, que trasladaron a la mujer primero al Samco local y luego, debido a la gravedad de las lesiones, al Hospital Cullen de Santa Fe.

El director del hospital, Bruno Moroni, informó que la paciente ingresó con un trauma toracoabdominal severo, requiriendo reanimación por shock y asistencia en terapia intensiva. Las lesiones afectan órganos vitales como el pulmón, el riñón y el bazo, y el pronóstico es reservado. “Actualmente permanece en la unidad de terapia intensiva con tubo de drenaje pleural en el hemitórax izquierdo, respirando aire ambiente y con drogas vasoactivas”, detalló Moroni.

La investigación, a cargo del Ministerio Público de la Acusación y la fiscalía de turno, avanza bajo la carátula de intento de femicidio y violencia de género. La familia de la víctima denunció que existían antecedentes de agresiones previas, tanto hacia la mujer como hacia otros integrantes del entorno, y cuestionó la falta de respuestas efectivas por parte de las autoridades. “No se hizo nada. Mi mamá no denunciaba por miedo, hasta que pasó esto”, expresó la hija de la víctima.

El caso ha generado fuerte impacto en la comunidad de Gálvez, donde vecinos y organizaciones sociales reclaman mayor protección y respuestas ante la escalada de violencia de género. Las autoridades continúan con la investigación y la recolección de pruebas, mientras la víctima permanece bajo monitoreo constante en el hospital. El desenlace de este caso podría tener implicancias en el abordaje judicial y social de la violencia de género en la región.