El presidente de España, Pedro Sánchez, invitó al ex ministro de Economía argentino Martín Guzmán a participar como orador en la IV Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de la ONU, que se celebra en Sevilla del 30 de junio al 3 de julio. El evento reúne a 50 jefes de Estado y busca impulsar una reforma profunda del sistema de financiación internacional, con énfasis en el desarrollo sostenible y el alivio de la deuda de los países en desarrollo.

Guzmán, reconocido por su papel en la renegociación de la deuda argentina y su defensa de la reducción de sobrecargos del FMI, presentará junto al premio Nobel Joseph Stiglitz el “Informe Jubilar”, encargado por el Papa Francisco. El documento advierte que 54 países en desarrollo destinan más del 10% de sus ingresos fiscales al pago de intereses de deuda, lo que limita recursos para salud, educación e infraestructura. “Una arquitectura financiera global que permite que miles de millones de dólares salgan de los países pobres mientras se multiplican las necesidades básicas insatisfechas no solo es ineficiente: es inmoral”, señala el informe.

Entre las propuestas discutidas en la conferencia figuran la reestructuración eficiente de la deuda soberana, el fin de los rescates a acreedores privados, el uso estratégico de controles de capital y la creación de un sistema fiscal global más justo y progresivo. España, anfitrión del evento, promueve además la recanalización de derechos especiales de giro (DEG) para combatir la pobreza y el cambio climático.

La participación de Guzmán ocurre en un contexto de tensiones diplomáticas entre España y Argentina, luego de que el presidente Javier Milei calificara a Sánchez de “depredador de riqueza” y criticara a su esposa. A pesar de estas diferencias, la conferencia busca sentar las bases para una economía mundial más sostenible y centrada en las personas, con la presencia de figuras como Rebeca Grynspan (UNCTAD), Charles Chilufya y Laura Carvalho (Open Society). El desarrollo de estas propuestas podría marcar un punto de inflexión en la arquitectura financiera internacional y en la relación entre países acreedores y deudores.