El gobierno de Javier Milei atraviesa su momento más delicado en el Congreso tras perder el respaldo de gobernadores y bloques aliados que hasta ahora le permitían sortear su condición de minoría. En la última semana, la Cámara de Diputados fue escenario de una sesión que dejó al descubierto la fragilidad del oficialismo: legisladores que responden a mandatarios provinciales y bloques tradicionalmente aliados dieron quórum y votaron junto a la oposición para avanzar con proyectos clave como el aumento del financiamiento universitario y la declaración de emergencia pediátrica en el Hospital Garrahan.

Hasta hace poco, el oficialismo contaba con un "escudo anti-veto" que le permitía resistir los intentos opositores de revertir decisiones presidenciales. Sin embargo, la reciente sublevación de aliados y la instrucción de varios gobernadores para que sus diputados participaran activamente en la sesión marcaron un quiebre. "Lo que pasó no fue una sorpresa, se va a repetir y va a seguir empeorando a medida que nos acerquemos a las elecciones", reconoció un diputado libertario.

La Casa Rosada ya anticipó que vetará las iniciativas que comprometan el equilibrio fiscal, pero ahora enfrenta serias dificultades para reunir el tercio necesario que blinde esos vetos. El malestar de los gobernadores se explica por la caída de la recaudación, la falta de obra pública y la discrecionalidad en el reparto de fondos nacionales. A esto se suma la estrategia oficialista de imponer candidatos propios en las provincias, lo que generó tensiones internas y el alejamiento de aliados clave.

En el Senado, la situación es similar: proyectos impulsados por los gobernadores avanzan con el apoyo de bloques de distintos signos políticos. Desde la oposición, consideran que el Gobierno ha perdido capacidad de negociación y ven una oportunidad para avanzar con iniciativas sociales y limitar el poder presidencial.

Mientras tanto, en el oficialismo se minimiza el impacto de la crisis parlamentaria, aunque reconocen la necesidad de recomponer alianzas para evitar nuevos traspiés legislativos. El desenlace de esta crisis será determinante para el futuro político de Milei y su capacidad de gestión en un contexto de creciente tensión electoral.