Un episodio de extrema violencia sacudió al hospital Pedro Moguillansky de Cipolletti, Río Negro, el pasado domingo por la noche. Franco Adrián Lautaro Flores, un paciente que había sido trasladado al hospital tras sufrir una convulsión en la vía pública, y su hermana, protagonizaron una brutal agresión contra médicos y enfermeros del centro de salud.

Según los reportes, Flores fue ingresado a la guardia en aparente estado de intoxicación por alcohol y drogas. Aunque fue estabilizado mediante hidratación intravenosa, el paciente se arrancó la vía y abandonó el hospital. Minutos después, regresó acompañado por su hermana, y ambos iniciaron una discusión con el personal médico que rápidamente escaló a violencia física. Las cámaras de seguridad del hospital captaron el momento en que los agresores golpearon a médicos y enfermeros, dejando a varios de ellos con lesiones visibles en brazos, cabeza y rostro.

El incidente generó caos en el hospital y dejó al personal conmocionado. Solo Flores fue detenido por la policía, pero fue liberado horas después por decisión judicial, lo que desató una ola de críticas e indignación en la comunidad. La jueza a cargo del caso, Amorina Sánchez Merlo, dispuso su libertad bajo ciertas condiciones, lo que fue duramente cuestionado por el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck.

“Esto es inadmisible. No puede ser que quienes atacan a nuestros médicos y enfermeros queden libres como si nada hubiera pasado”, expresó Weretilneck en sus redes sociales. Además, anunció que el Ministerio de Salud provincial se presentará como querellante en la causa judicial contra Flores. El ministro de Salud, Demetrio Thalasselis, también repudió el hecho y aseguró que se tomarán medidas para evitar que estos episodios se repitan.

La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) se sumó al repudio y exigió medidas de seguridad urgentes en los hospitales. En un comunicado, señalaron que este tipo de agresiones no son aisladas y afectan gravemente la integridad física y emocional del personal médico.

El gobierno provincial trabaja en la implementación de un protocolo de seguridad para los hospitales, con el objetivo de garantizar un entorno seguro tanto para los trabajadores como para los pacientes. Mientras tanto, la comunidad de Cipolletti y el ámbito sanitario esperan que se haga justicia y que se tomen medidas concretas para prevenir futuros incidentes de violencia en los centros de salud.