Las recientes declaraciones de Diana Mondino, ex canciller de la administración de Javier Milei, generaron una fuerte controversia en el ámbito político argentino. En una entrevista para la cadena internacional Al Jazeera, Mondino vinculó al presidente con el escándalo de la criptomoneda $LIBRA, sugiriendo que "o no es muy inteligente o es una especie de corrupto". Sus palabras, pronunciadas en un contexto internacional, resonaron rápidamente en los medios locales y provocaron respuestas inmediatas desde el Gobierno.

El vocero presidencial, Manuel Adorni, calificó las declaraciones de Mondino como "absolutamente desafortunadas" y minimizó su relevancia, atribuyéndolas a un mal día de la ex funcionaria. "Diana es una persona inteligente que se ve que no estaba en un buen día o que no tenía claridad", expresó Adorni en conferencia de prensa desde Balcarce 50. Además, el portavoz anunció que el presidente Milei realizará una cadena nacional para abordar los recientes reveses legislativos y explicar la postura del Ejecutivo frente a la aprobación de proyectos que rechaza, como el aumento de salarios en el Hospital Garrahan y el financiamiento universitario.

El caso $LIBRA, que involucra una presunta estafa con pérdidas millonarias, sigue siendo objeto de investigación tanto en Argentina como en Estados Unidos. Las revelaciones sobre transferencias y chats comprometedores han incrementado la presión sobre el Gobierno y los hermanos Milei. Mondino, por su parte, también cuestionó el estado emocional del presidente y su relación con sus perros, temas que hasta ahora eran considerados tabú en la política nacional. "No debería haber publicado ese link", admitió Mondino sobre el tuit de Milei que habría desencadenado la estafa.

La ex canciller fue apartada del Gobierno tras votar en la ONU contra el bloqueo a Cuba, en desacuerdo con la línea oficial. Desde entonces, se ha acercado a sectores opositores y se posiciona como una voz crítica del oficialismo. Analistas y medios debaten ahora sobre la transparencia, la salud mental y el liderazgo presidencial, mientras el Gobierno busca desestimar las críticas y reafirmar su programa político y económico. La controversia se da en un contexto de creciente tensión entre el Ejecutivo y el Legislativo, y en medio de investigaciones judiciales que podrían tener implicancias futuras para la administración Milei.