Un consorcio integrado por las principales petroleras del país, liderado por YPF, anunció el cierre de un crédito sindicado internacional por USD 2.000 millones para financiar la construcción del oleoducto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS), en lo que representa la mayor operación de financiamiento privado para infraestructura energética en Argentina en al menos dos décadas. El acuerdo, que involucra a bancos como Citi, JP Morgan, Deutsche Bank, Itaú y Santander, permitirá avanzar con una obra clave para el futuro exportador del país.

El VMOS, de 570 kilómetros de extensión, conectará la localidad neuquina de Añelo, epicentro del desarrollo no convencional, con Punta Colorada, en la costa atlántica de Río Negro, donde se construirá una nueva terminal de exportación capaz de operar buques de gran calado. La inversión total del proyecto supera los USD 2.500 millones, incluyendo aportes adicionales de las petroleras socias y una emisión local de deuda.

El cierre del financiamiento se produjo tras semanas de incertidumbre generadas por el fallo de la jueza Loretta Preska en Nueva York, que obliga a la Argentina a transferir acciones de YPF a fondos demandantes por la expropiación de 2012. Pese a este contexto judicial y a las restricciones cambiarias, el acuerdo es interpretado como una señal de confianza de los mercados internacionales en la viabilidad del sector energético argentino.

El oleoducto permitirá duplicar la capacidad de evacuación de petróleo desde Vaca Muerta, con una proyección de exportaciones anuales de hasta USD 15.000-20.000 millones a partir de 2027. El presidente de YPF, Horacio Marín, subrayó la importancia estratégica del proyecto y la necesidad de avanzar rápidamente en las obras logísticas para evitar cuellos de botella que limiten el potencial exportador.

El sector energético, impulsado por la política de libre mercado del gobierno de Javier Milei, busca posicionarse como el principal generador de divisas del país, superando al agro. Analistas y actores del sector consideran que el modelo de financiamiento mixto —crédito internacional y emisión local— podría replicarse en otros proyectos estratégicos, como la minería.

Sin embargo, voces críticas como el Instituto de Energía Scalabrini Ortiz advierten sobre la necesidad de equilibrar el boom exportador con tarifas competitivas para la industria y la población local, y llaman a una política energética que priorice el desarrollo nacional y la soberanía sobre los recursos.