Un trágico incidente ocurrido en Santiago del Estero ha conmocionado a la comunidad: un niño de dos años falleció tras atragantarse con una golosina. El hecho tuvo lugar en la casa de su abuela, ubicada en la zona sur de la ciudad, cuando el menor ingirió un confite de unas galletas que obstruyó sus vías respiratorias, provocándole un cuadro de asfixia severa.

Ante la desesperación, los familiares trasladaron al niño al Centro Provincial de Salud Infantil (CePSI), donde ingresó sin signos vitales. Los médicos lograron reanimarlo y estabilizar sus signos vitales, pero el daño ya era irreversible. El menor fue internado en terapia intensiva con pronóstico reservado, y tras seis días de lucha, sufrió una muerte encefálica irreversible seguida de un paro cardiorrespiratorio que causó su fallecimiento.

La fiscal Silvina Paz, a cargo del caso, autorizó la entrega del cuerpo a la familia para su inhumación. Mientras tanto, las autoridades médicas del CePSI y el Ministerio de Salud provincial aprovecharon la oportunidad para alertar sobre los riesgos de asfixia en niños pequeños. "Muchos productos que parecen inofensivos pueden ser peligrosos si no se supervisan adecuadamente", señalaron desde el hospital.

Este caso no es aislado. En los últimos días, otros niños han sido ingresados al CePSI por atragantamientos con alimentos o pequeños objetos. La médica pediatra Mariana Vittar explicó que este tipo de accidentes son más comunes de lo que se piensa y subrayó la importancia de la maniobra de Heimlich como técnica de primeros auxilios para evitar desenlaces fatales.

La tragedia ha generado un fuerte impacto en la comunidad, que se solidarizó con la familia del menor. Las autoridades reiteraron la necesidad de extremar precauciones en el hogar, especialmente con alimentos o juguetes que puedan representar un riesgo de asfixia para los más pequeños.