El barrio porteño de Villa Crespo fue escenario de una tragedia que ha conmocionado a la sociedad argentina. Laura Leguizamón, de 50 años, asesinó a su esposo Adrián Seltzer y a sus dos hijos adolescentes, Ian e Ivo, antes de quitarse la vida. El hecho ocurrió en el departamento familiar ubicado en Aguirre al 300, y los cuerpos fueron hallados el 22 de mayo por la empleada doméstica de la familia.

Las investigaciones preliminares confirmaron que Leguizamón actuó sola. Los peritajes caligráficos determinaron que una carta encontrada en la escena, con frases incoherentes como "Fue mucho. Los amo. Lo siento", fue escrita por ella. Además, los cuchillos utilizados en el crimen solo contenían huellas de la mujer, descartando la participación de terceros.

El ataque ocurrió entre las 5 y las 6 de la mañana del 21 de mayo. Según los forenses, los asesinatos fueron rápidos y seguidos por el suicidio de Leguizamón, quien murió aproximadamente una hora y media después de sus víctimas. La carta, escrita en tinta negra y con trazo tembloroso, refleja un estado mental alterado. En el lugar también se encontraron medicamentos psiquiátricos como Sertralina, Midax y Olanzapina, utilizados para tratar esquizofrenia y depresión.

La hipótesis principal apunta a un episodio psicótico severo como desencadenante de la tragedia. Expertos han sugerido que Leguizamón podría haber sufrido el síndrome de Amok, un trastorno psicológico extremo caracterizado por ataques violentos hacia personas cercanas, seguido de suicidio. Aunque este síndrome no está reconocido como diagnóstico independiente en el DSM-5, se asocia a contextos de aislamiento emocional y traumas no tratados.

La familia había estado enfrentando dificultades relacionadas con la salud mental de Leguizamón. Según fuentes cercanas, su tratamiento psiquiátrico había sido discontinuado dos meses antes del crimen, y estaban esperando una consulta con especialistas del Hospital Italiano en junio. La hermana de la mujer, Nora Leguizamón, expresó su devastación y culpa por no haber detectado la gravedad de la situación. "Esto rompió todo, desintegró una familia hermosa", lamentó.

El caso ha generado un debate sobre la atención psiquiátrica en Argentina y la necesidad de recursos para prevenir tragedias similares. Expertos en salud mental han destacado la importancia de un tratamiento continuo y monitoreo en casos de trastornos severos. Mientras tanto, la comunidad de Villa Crespo sigue conmocionada por la magnitud de la tragedia y las preguntas que aún quedan por responder.