La localidad de Abasto, en las afueras de La Plata, se encuentra conmocionada tras la muerte de Valentino Gael Incata Dávila, un niño de dos años que fue hallado sin vida en una plantación de berenjenas. El hecho ocurrió el pasado domingo, cuando el pequeño desapareció mientras estaba al cuidado de su abuela y sus hermanos adolescentes. Tras una intensa búsqueda que involucró a familiares, vecinos y efectivos policiales, el cuerpo de Valentino fue encontrado a unos 500 metros de su vivienda, presentando múltiples heridas compatibles con mordeduras de perro.

La principal hipótesis de la investigación apunta a un ataque de tres perros pitbull, propiedad de una familia vecina. Según los primeros resultados de la autopsia, el niño falleció a causa de un traumatismo encéfalocraneano y shock hipovolémico, producto de las lesiones sufridas. El fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta, a cargo de la causa, confirmó que los animales ya habían protagonizado ataques a otros animales en el pasado, aunque no existían antecedentes de agresiones a personas.

Los dueños de los perros, Paulina y Pedro, fueron imputados y la causa fue caratulada como "averiguación de causales de muerte". Ambos aseguraron públicamente que sus mascotas nunca habían mostrado comportamientos violentos hacia personas y que colaboran con la investigación. "Nunca pasó una cosa así. Los perros solían salir, pero nunca me dijeron que quisieran morder a nadie. Ladraban, pero no mordían", declaró Pedro. Paulina agregó que revisaron a sus mascotas y no detectaron rastros de sangre, lo que, a su entender, pone en duda la culpabilidad de los animales.

La Justicia ordenó pericias de ADN en los perros para determinar si su carga genética coincide con las muestras halladas en las heridas del menor. Además, se preservó la escena del hallazgo para realizar un estudio criminalístico integral. El fiscal Condomí Alcorta enfatizó la responsabilidad de los dueños en el cuidado de sus animales y no descartó futuras imputaciones, señalando que la autoría puede ser directa, indirecta o mediata.

El caso ha generado temor y debate en la comunidad sobre la tenencia responsable de animales potencialmente peligrosos. Mientras la investigación avanza, la zona rural de Abasto permanece conmocionada y a la espera de respuestas claras sobre lo sucedido y las posibles consecuencias legales para los responsables.