Mauricio Macri encabezó este jueves una reunión clave del Consejo Nacional del PRO, en un contexto de fuerte crisis interna y fragmentación territorial. El encuentro, realizado de manera híbrida entre la sede partidaria de Balcarce y la modalidad virtual, tuvo como objetivo principal definir la estrategia de alianzas electorales de cara a las legislativas nacionales del 26 de octubre, ante el inminente cierre del plazo judicial para la presentación de frentes.

La cumbre se desarrolló en medio de tensiones crecientes dentro del partido. Gobernadores, intendentes y legisladores del PRO han comenzado a actuar con autonomía, desafiando la conducción nacional de Macri. En provincias como Córdoba, la situación se agravó tras el fallo de la Cámara Nacional Electoral que anuló la intervención partidaria dispuesta por el PRO Nacional, lo que generó una nueva disputa interna y la designación de Martín Yeza como nuevo interventor. Oscar Agost Carreño, referente local, celebró la decisión judicial y prometió convocar a elecciones partidarias con autoridades elegidas en Córdoba.

En la Ciudad de Buenos Aires, el PRO enfrenta el desafío de recomponer su posición tras la derrota electoral de mayo. Sectores cercanos a Macri y al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, presionan para alcanzar un acuerdo con La Libertad Avanza, aunque las negociaciones permanecen abiertas y no hay definiciones concretas. Mientras tanto, se barajan nombres como Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal para encabezar las listas, en un escenario de incertidumbre y competencia interna.

El panorama nacional muestra un PRO desmembrado, con acuerdos de geometría variable según la provincia. En Mendoza, el partido quedó fuera del frente conformado por la UCR y los libertarios, mientras que en Buenos Aires se logró un pacto con LLA que incrementó las expectativas de renovar bancas en la Legislatura provincial. Sin embargo, la falta de una conducción centralizada ha llevado a que cada distrito negocie alianzas de manera independiente, profundizando la crisis de liderazgo.

Dirigentes del PRO sostienen que la actual situación es táctica y no definitiva, y apuestan a la supervivencia del espacio a largo plazo. "Esto es una maratón", afirmó Fernando De Andreis, integrante de la mesa chica de Macri, quien remarcó que el PRO no desaparecerá por un cierre de listas puntual. El entorno de Macri insiste en que el apoyo al gobierno de Javier Milei es circunstancial y que el partido mantendrá su identidad propia.

El futuro del PRO dependerá de su capacidad para recomponer la unidad interna y definir alianzas estratégicas en un escenario político cada vez más polarizado. Las próximas semanas serán decisivas para el espacio fundado por Macri, que busca evitar quedar relegado en la disputa entre libertarios y peronistas.