El Gobierno argentino concretó el pago de USD 4.300 millones en vencimientos de bonos soberanos, en una de las operaciones financieras más relevantes del año. El desembolso, realizado en dos tramos entre el 9 y el 11 de julio, incluyó pagos a tenedores de bonos Globales bajo ley extranjera y Bonares bajo ley local, en el marco de la reestructuración de deuda de 2020.

El Ministerio de Economía informó que los fondos para el pago ya estaban reservados, producto de colocaciones de deuda y préstamos internacionales obtenidos en los meses previos. El primer tramo, de USD 2.550 millones, fue girado al exterior el martes, mientras que el segundo, de USD 1.600 millones, se acreditó el jueves tras el feriado nacional. Como resultado, las reservas brutas del Banco Central cayeron a USD 38.792 millones, el nivel más bajo desde mediados de junio, y las reservas netas se estiman en valores negativos de hasta USD 10.000 millones, según consultoras privadas.

El cumplimiento de este compromiso fue destacado por funcionarios como el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, quien afirmó: “En el Día de la Independencia honramos nuestras obligaciones como dijimos y cumplimos desde el primer día del gobierno del presidente Javier Milei”. El ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró que el Gobierno buscará recomponer reservas mediante nuevos préstamos, compras de dólares y la llegada de desembolsos pendientes del FMI y otros organismos internacionales.

El pago refuerza la credibilidad de la Argentina ante el Fondo Monetario Internacional, aunque el país no logró cumplir la meta de reservas netas acordada para el primer semestre. Analistas del mercado consideran que la operación es positiva para la confianza de los inversores, reflejada en la estabilidad del riesgo país en torno a 700 puntos y en el repunte de acciones y bonos locales. Sin embargo, advierten que el desafío de recomponer reservas y sostener el equilibrio fiscal persiste, especialmente en un contexto de menor liquidación de divisas por exportaciones y alta demanda de dólares.

De cara al futuro, el Gobierno enfrenta la necesidad de obtener financiamiento adicional y mantener la disciplina fiscal para cumplir con los compromisos internacionales y estabilizar la economía. El resultado de las negociaciones con el FMI y la evolución de las reservas serán claves en los próximos meses.