La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal ha ordenado la restitución de una placa en homenaje al juez Jorge Vicente Quiroga, asesinado en 1974 por el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). La decisión, adoptada por una ajustada mayoría de cinco votos a favor y cuatro en contra, también incluye la colocación de una placa en memoria de la jueza Carmen María Argibay, exministra de la Corte Suprema de Justicia.

El juez Quiroga fue un destacado magistrado de la Cámara Federal en lo Penal entre 1971 y 1973, un tribunal creado por el gobierno de facto de Alejandro Agustín Lanusse para juzgar delitos cometidos por grupos guerrilleros. Durante su gestión, la Cámara procesó a más de 2000 guerrilleros en juicios que, según sus defensores, se ajustaron al debido proceso. Sin embargo, la Cámara fue disuelta en 1973 por el gobierno de Héctor Cámpora, que también decretó una amnistía para los guerrilleros. Un año después, Quiroga fue asesinado en pleno gobierno constitucional de Juan Domingo Perón.

La placa en su honor había sido colocada en 1979 en la puerta del edificio donde funcionaba la Cámara Federal en lo Penal, pero fue retirada en 2012 por decisión del entonces presidente de la Cámara Nacional de Apelaciones, Gustavo Bruzzone. Según Bruzzone, la medida respondió a pedidos de organizaciones como el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la Unión de Empleados Judiciales, que consideraban que la placa representaba una visión sesgada de la violencia de los años 70.

La restitución de la placa fue impulsada por la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia y la Asociación de Víctimas del Terrorismo de Argentina. En su fallo, la Cámara destacó la importancia de reconocer la labor de Quiroga en un contexto de violencia política. Sin embargo, el juez Ricardo Matías Pinto, quien votó en contra, argumentó que no existe un consenso social sobre la pertinencia de la medida.

En paralelo, la Cámara también aprobó la colocación de una placa en memoria de Carmen María Argibay, quien se destacó como ministra de la Corte Suprema y como jueza de la Cámara Nacional de Apelaciones. Esta decisión busca equilibrar el reconocimiento histórico y subraya la necesidad de construir una memoria inclusiva.

La restitución de la placa de Quiroga y la colocación de la de Argibay reflejan las tensiones persistentes en la sociedad argentina sobre cómo recordar su pasado violento. Mientras algunos ven estas medidas como un acto de justicia, otros consideran que reabren heridas que aún no han cicatrizado. La decisión pone de manifiesto el desafío de construir una memoria histórica que contemple todas las perspectivas y contribuya a la reconciliación nacional.