La 49ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires abrió sus puertas en el Predio Ferial La Rural, consolidándose como uno de los eventos culturales más importantes de América Latina. Con más de un millón de visitantes esperados y la participación de 12,000 profesionales del sector editorial, la Feria se presenta como un espacio clave para el intercambio literario y cultural.

El acto inaugural estuvo marcado por discursos que combinaron literatura y política. Juan Sasturain, exdirector de la Biblioteca Nacional, ofreció un discurso de 26 páginas que fue ampliamente elogiado por su profundidad, humor e ironía. Sasturain destacó la importancia de la lectura como acto transformador y reflexionó sobre la ética en tiempos difíciles, calificando el contexto actual como "discepoliano" y un "cambalache".

Sin embargo, las tensiones políticas no estuvieron ausentes. El Secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, fue abucheado por el público tras defender los recortes presupuestarios en programas culturales y justificar la ausencia de un stand oficial del gobierno en la Feria. Cifelli afirmó que "la política partidaria no debe intervenir en la cultura" y destacó la necesidad de priorizar inversiones sobre gastos innecesarios. Sus declaraciones generaron una respuesta dividida, con aplausos tibios y gritos de "¡mentiroso!" desde el público.

En contraste, el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, adoptó un tono más conciliador, anunciando medidas de apoyo al sector editorial, como la exención de impuestos para librerías y la compra de 30,000 libros para bibliotecas públicas. Macri subrayó la importancia de la cultura como inversión y no como gasto.

Un momento destacado del acto fue el homenaje a Osvaldo Bayer, escritor y defensor de los derechos humanos, cuya estatua fue demolida recientemente en la Patagonia. Un grupo de escritores levantó pancartas con su imagen y la frase: "Hay que esclarecer nuestro pasado para que nunca se repita", en protesta por la decisión del gobierno.

La ciudad invitada de honor este año fue Riad, capital de Arabia Saudita, que presentó un imponente stand valorado en medio millón de dólares. Abdulatif Alwasil, representante saudí, destacó la importancia de tender puentes culturales entre ambas naciones.

A pesar de las tensiones políticas, la Feria del Libro sigue siendo un espacio vital para la promoción de la literatura en español y un punto de encuentro para escritores, editores y lectores. Con actividades programadas hasta el 12 de mayo, el evento promete ser, una vez más, un éxito cultural y comercial.