En medio de un contexto económico marcado por la alta inflación y tensiones laborales, el reciente conflicto entre el Gobierno argentino, los supermercados y el sindicato de Comercio ha puesto en jaque las relaciones laborales en el país. El sindicato de Comercio (FAECYS), liderado por Armando Cavalieri, acordó un aumento salarial del 5,4% en tres tramos (1,9% en abril, 1,8% en mayo y 1,7% en junio), además de sumas fijas no remunerativas que totalizan $115.000. Sin embargo, el Gobierno, encabezado por el ministro de Economía Luis Caputo, se negó a homologar el acuerdo, argumentando que supera el tope salarial del 1% mensual establecido como parte de su estrategia para controlar la inflación.

La decisión gubernamental ha generado un impacto directo en más de 120.000 trabajadores de supermercados y mayoristas, quienes no recibieron el aumento pactado. Ante esta situación, el sindicato envió cartas documento a las cámaras empresariales para exigir el cumplimiento del acuerdo, que incluye una cláusula que garantiza su validez incluso sin homologación oficial. "Este acuerdo fue alcanzado a través del diálogo responsable entre partes legítimas y tiene plena validez", afirmó Cavalieri en un comunicado.

El conflicto también ha dividido al sector empresarial. Mientras algunos empresarios consideran que el aumento es razonable y necesario para mantener el poder adquisitivo de los trabajadores, otros lo ven como insostenible y advierten que podría trasladarse a los precios, exacerbando la inflación. Juan Vasco Martínez, director ejecutivo de la Asociación de Supermercados Unidos, señaló que el aumento real, incluyendo las sumas fijas, asciende al 9,6%, lo que supera ampliamente el tope oficial.

Por su parte, el Gobierno convocó a una reunión para reformular el acuerdo, pero el sindicato decidió no asistir, endureciendo su postura. Cavalieri criticó la estrategia gubernamental, calificándola de "irrealista" y advirtiendo que la pérdida salarial acumulada del 20% en el primer trimestre de 2025 hace insostenible cualquier tope salarial tan bajo. "Si creemos que esto va a hacer peligrar la inflación de la Argentina, estamos perdidos. No hay salida", declaró.

El conflicto se enmarca en un contexto de alta inflación y pérdida del poder adquisitivo, lo que ha llevado a tensiones crecientes entre el Gobierno de Javier Milei y los gremios. Además, este episodio se suma a otros problemas laborales, como el reciente paro de colectivos, que también ha tensado las relaciones entre el Ejecutivo y los sindicatos. La resolución de este conflicto será crucial para determinar el rumbo de las relaciones laborales y económicas en los próximos meses.