En 2024, el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) registró un preocupante aumento del 53% en las agresiones contra periodistas, alcanzando un total de 179 casos. Este incremento, atribuido en gran medida al presidente Javier Milei y su entorno, ha generado alarma sobre el estado de la libertad de prensa y la democracia en Argentina.

El informe anual de FOPEA, titulado "El asedio al periodismo debilita la democracia", detalla que el 80% de los ataques provinieron de actores estatales o paraestatales, con Milei liderando con 56 episodios. Entre las agresiones más comunes se encuentran discursos estigmatizantes, que representaron el 45,25% de los casos, y violencia digital, que amplificó el impacto de los ataques. Insultos como "ensobrados" y "pauteros" fueron recurrentes en los discursos del presidente.

La presidenta de FOPEA, Paula Moreno, calificó al periodismo como el "punching ball" del presidente y su entorno, denunciando una estrategia organizada para deslegitimar a la prensa y polarizar el debate público. "El discurso polarizante necesita ubicar al periodismo como enemigo, y nos preocupa este juego de tolerar la intolerancia", afirmó Moreno.

El informe también destaca que las restricciones al acceso a la información pública aumentaron significativamente, pasando de 14 a 21 casos en un año. FOPEA criticó los cambios introducidos por Milei en la reglamentación de la ley de Acceso a la Información Pública, calificándolos como un grave retroceso democrático.

En términos históricos, 2024 se posiciona como el segundo peor año en agresiones a la prensa desde que FOPEA comenzó su monitoreo en 2008, solo superado por 2013 durante el gobierno de Cristina Kirchner. Más de la mitad de los casos estuvieron marcados por la "grieta" política, exacerbando la división social.

Entidades periodísticas nacionales e internacionales, como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), han condenado los ataques y exhortado al presidente a mantener una relación institucional madura con la prensa. Ricardo Gil Lavedra, presidente del Colegio Público de la Abogacía, calificó los insultos presidenciales como una forma de censura indirecta que inhibe la expresión.

El impacto de estos ataques no se limita a los periodistas directamente afectados. Un estudio de la consultora Methodo reveló que las menciones peyorativas contra la prensa por parte de Milei y cuentas afines alcanzaron las 240.000 en 2024, un incremento del 2000% respecto al año anterior. Cada ataque verbal del presidente genera un efecto multiplicador en las redes, alimentando un clima hostil hacia el periodismo.

El informe de FOPEA subraya la necesidad de proteger la libertad de expresión como pilar fundamental de la democracia. "El periodismo profesional está siendo blanco de una ofensiva sistemática por parte de la principal línea política del país. No es un debate: es una estrategia", concluyó Moreno.