Una nueva ola de renuncias sacudió al Ministerio de Economía argentino, donde tres funcionarios clave de las áreas de producción e industria presentaron su dimisión en la última semana. Estas bajas se suman a seis renuncias en el último mes y a casi 140 desde el inicio de la gestión de Javier Milei, en un contexto de profunda reestructuración interna. El ministro Luis Caputo despidió públicamente a los funcionarios a través de sus redes sociales, agradeciéndoles por su labor y destacando su profesionalismo.

La decisión del Gobierno de absorber las Secretarías de Industria y PyME en la Secretaría de Coordinación de Producción, comandada por Pablo Lavigne, fue presentada como parte de un proceso de optimización para mejorar la eficiencia del ministerio. Sin embargo, la medida generó fuerte rechazo entre entidades empresarias y organizaciones del sector productivo. La Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME) y la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) manifestaron su preocupación por el vaciamiento de políticas de apoyo a las pymes, advirtiendo que la disolución de la Secretaría PyME deja al sector sin interlocución institucional y sin herramientas para enfrentar la crisis.

Según datos del Observatorio de Industriales PyMEs Argentinos (IPA), desde la asunción de Milei han cerrado 12.250 pymes industriales y se han perdido 20.000 puestos de trabajo. El presidente de IPA, Daniel Rosato, consideró que el cierre de la Secretaría PyME representa "un paso hacia un mayor estancamiento del aparato productivo nacional PyME" y podría significar la desaparición de miles de empresas que requieren asistencia estatal.

Por su parte, la organización ENAC convocó a empresarios y trabajadores a resistir y organizarse ante el ajuste y la recesión, denunciando que cada día cierran 40 pymes y se pierden 500 empleos registrados privados. APYME recordó que la gestión libertaria ha eliminado normativas de incentivo productivo, como la Ley de Góndolas y el Compre PyME, y advirtió que el único plan del Gobierno para lo que resta de gestión incluye "más ajuste, más destrucción del Estado, más especulación y más precarización del trabajo".

Mientras el Gobierno sostiene que la reestructuración busca eficiencia y optimización, el sector productivo reclama la continuidad de políticas de apoyo y advierte sobre el impacto social y económico de las medidas. El debate sobre el rol del Estado y el futuro de las pymes se intensifica en medio de una recesión que golpea a miles de familias y empresas argentinas.