En una semana marcada por la creciente conflictividad social, el gobierno de Javier Milei enfrenta una ola de protestas en Argentina. Trabajadores del Hospital Garrahan, científicos del CONICET y organizaciones de discapacidad lideraron movilizaciones contra los recortes presupuestarios y la precarización laboral.

El miércoles, Buenos Aires fue escenario de la 15ª marcha de jubilados en lo que va del año, una movilización que se ha convertido en un símbolo de resistencia contra las políticas de ajuste. A esta protesta se sumaron organizaciones feministas, trabajadores de la salud y científicos, quienes denunciaron el impacto de los recortes en sus sectores.

Los empleados del Hospital Garrahan, uno de los centros pediátricos más importantes del país, realizaron una huelga de 24 horas para exigir mejoras salariales y denunciar el desfinanciamiento del hospital. "Nuestros salarios no alcanzan para cubrir la canasta básica familiar", señalaron los residentes, quienes ganan menos de 950 dólares mensuales.

Por su parte, los científicos del CONICET advirtieron sobre el "cientificidio" que afecta a la investigación en Argentina. Desde el inicio del gobierno de Milei, los salarios en el sector han caído un 34,7% en términos reales, mientras que la fuga de cerebros amenaza la continuidad de proyectos clave. "Estamos trabajando muy por debajo de nuestras posibilidades", afirmó Manuel de la Mata, investigador del CONICET.

En el ámbito de la discapacidad, las organizaciones denunciaron el vaciamiento de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) y la falta de políticas públicas. Este miércoles, la Cámara de Diputados debatirá un proyecto para declarar la "emergencia en discapacidad" hasta 2027, una medida que busca garantizar derechos y financiamiento en este sector.

Las movilizaciones también se extendieron a otros sectores. Trabajadores de la alimentación, docentes y empleados de transporte realizaron huelgas y paros para rechazar el techo salarial impuesto por el gobierno, que limita los aumentos al 1% mensual. "La lucha no se negocia", afirmaron los metalúrgicos de Tierra del Fuego, quienes llevan más de diez días de paro.

El gobierno de Milei, que defiende estas medidas como necesarias para estabilizar la economía, enfrenta críticas tanto dentro como fuera del Congreso. "Este gobierno, atado al FMI, nos carga el déficit cero a los de abajo", expresó una jubilada durante la marcha.

Las protestas reflejan una sociedad polarizada, con sectores que apoyan las políticas de ajuste y otros que denuncian un deterioro en las condiciones de vida y derechos fundamentales. En este contexto, la resistencia social parece consolidarse como un actor clave en la política argentina.