Diego Guelar, ex embajador en China durante el gobierno de Mauricio Macri, sorprendió con duras declaraciones en una entrevista radial, donde calificó al actual titular del PRO como "un reverendo hijo de puta". Guelar responsabilizó a Macri por el declive del partido, señalando que fue él quien "puso el último clavo al cajón del PRO". En su análisis, Guelar recordó la evolución del PRO desde sus inicios como partido municipal hasta convertirse en una fuerza nacional, pero lamentó la gestión de Macri y el rumbo actual de la agrupación.

La crisis interna del PRO se profundizó tras el reciente acuerdo con el oficialismo liderado por el presidente Javier Milei. María Eugenia Vidal, diputada nacional y ex gobernadora de Buenos Aires, expresó públicamente su rechazo a la alianza, calificándola como "mala para el PRO, para la gente y para el país". Vidal anunció que no competirá en las elecciones de octubre y dejará su banca en la Cámara Baja tras el 10 de diciembre. Según explicó, su decisión responde a la coherencia entre sus convicciones y su desacuerdo con la dirección tomada por el partido.

Vidal también manifestó la necesidad de construir una alternativa política que supere el actual contexto, proponiendo reformas profundas en educación, empleo e impuestos, y abogando por una Argentina sin divisiones ni obediencia ciega. Estas declaraciones reflejan el clima de tensión y redefinición que atraviesa el PRO, marcado por la salida de figuras clave y el debate sobre el futuro del espacio político.

El impacto de estas posturas se traduce en una mayor fragmentación interna y en la búsqueda de nuevos liderazgos, mientras sectores críticos del PRO cuestionan la estrategia de acercamiento al oficialismo. El futuro del partido permanece incierto, con voces como la de Guelar y Vidal que llaman a una reconstrucción basada en principios y reformas estructurales.