La jornada electoral en la Sexta Sección de la provincia de Buenos Aires estuvo marcada por el liderazgo de La Libertad Avanza, que se perfila para obtener entre seis y siete de las once bancas en disputa en la Cámara de Diputados provincial. Bahía Blanca, el principal distrito de la región, fue determinante en la consolidación de esta tendencia, con una participación que, según estimaciones, no superó el 70% y podría ubicarse incluso por debajo del 63% registrado en elecciones anteriores.

Oscar Liberman, candidato de La Libertad Avanza, celebró el resultado y destacó el respaldo al liberalismo en la región. "Ganamos tranquilos", afirmó, subrayando que la agenda local difiere de la del conurbano y que los problemas económicos son la principal preocupación de los votantes. Franca Grippo, primera candidata a concejal por el mismo espacio, expresó su satisfacción por el apoyo recibido y remarcó la importancia de la jornada democrática.

El desarrollo de los comicios no estuvo exento de dificultades. Se reportaron demoras en la apertura de mesas debido a la ausencia de autoridades, lo que generó malestar entre los votantes y los candidatos. El intendente Federico Susbielles advirtió sobre la desconexión entre la ciudadanía y la dirigencia política, señalando que los niveles de participación han sido bajos y que la ciudad atraviesa circunstancias extraordinarias tras el reciente temporal.

Candidatos de otras fuerzas, como Fuerza Patria y Somos Buenos Aires, coincidieron en la necesidad de fortalecer la democracia y llamaron a la unidad para superar el desánimo social. También hubo críticas al sistema electoral vigente, con pedidos de reforma hacia la boleta única y la eliminación de la "lista sábana".

En el plano provincial, la Sexta Sección representa un área clave para el mapa legislativo bonaerense, con Bahía Blanca como epicentro de la disputa. La diversidad política de los municipios contrasta con la clara ventaja libertaria en esta elección, que podría redefinir la representación en la legislatura. El resultado final dependerá de la participación y de la capacidad de los partidos para movilizar a sus bases en un contexto de creciente apatía ciudadana.