El paro anunciado por la Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (ATEPSA) amenaza con paralizar la actividad aérea en Argentina durante las vacaciones de invierno. El gremio ratificó un cronograma de diez jornadas de medidas de fuerza, que se extenderán entre el 11 y el 30 de julio, afectando principalmente los despegues y la coordinación de vuelos en todos los aeropuertos del país.

La medida, que coincide con el receso escolar en varias provincias, fue calificada por las cámaras empresarias y el sector turístico como "innecesariamente oportunista" debido al impacto que tendrá en uno de los períodos de mayor demanda del año. Las aerolíneas advirtieron que será prácticamente imposible reubicar a todos los pasajeros afectados o reprogramar la totalidad de los vuelos, dada la alta ocupación típica de la temporada invernal.

El conflicto se originó tras diez meses de reclamos salariales sin respuesta y denuncias de vaciamiento estructural en el sistema aeronáutico. ATEPSA exige un incremento salarial del 45% y mejores condiciones laborales, argumentando que la falta de soluciones pone en riesgo la seguridad operacional. "Sin controladores aéreos en condiciones dignas no hay cielo seguro para nadie", sostuvieron desde el gremio.

La reunión celebrada este martes entre representantes de ATEPSA y la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) finalizó sin avances, aunque se programó un nuevo encuentro para el jueves 10 de julio, un día antes del inicio de las medidas de fuerza. Mientras tanto, las aerolíneas y la Cámara Argentina de Turismo alertaron sobre pérdidas millonarias y el riesgo de colapso en la actividad turística, hotelera y comercial.

El Gobierno evalúa la posibilidad de dictar la conciliación obligatoria para evitar el paro, aunque hasta el momento no se ha alcanzado un acuerdo. El sector turístico, por su parte, instó a las partes a priorizar el diálogo y garantizar la continuidad de los servicios aéreos, fundamentales para la economía nacional en esta época del año.

El desenlace del conflicto dependerá de la próxima audiencia, mientras miles de pasajeros y empresas permanecen atentos a la evolución de la situación y a posibles cancelaciones o reprogramaciones de vuelos.