Las recientes elecciones legislativas en Rosario y la provincia de Santa Fe redefinieron el mapa político local. Juan Monteverde, al frente del espacio Más para Santa Fe, se impuso en la ciudad con el 30,5% de los votos, seguido de cerca por Juan Pedro Aleart, de La Libertad Avanza, con el 28%, y Carolina Labayru, representante de Unidos, con el 25%. La jornada estuvo marcada por una baja participación ciudadana, que en Rosario apenas alcanzó el 48%, reflejando una tendencia de apatía urbana que contrasta con el alto compromiso electoral en localidades más pequeñas, donde la concurrencia superó el 80% en algunos casos.

El triunfo de Monteverde representa un hito para el peronismo, que recupera Rosario tras más de medio siglo. El frente panperonista logró imponerse en 17 de las 22 seccionales de la ciudad, ampliando su presencia respecto a las primarias. El Concejo Municipal quedó repartido entre cinco bancas para el panperonismo, cuatro para los libertarios y cuatro para Unidos, lo que anticipa un escenario de negociaciones y alianzas para la gobernabilidad local.

A nivel provincial, el oficialismo de Unidos, liderado por el gobernador Maximiliano Pullaro, consolidó su poder en la mayoría de las ciudades, aunque su principal objetivo fue evitar un triunfo de La Libertad Avanza en Rosario. Pullaro apostó su capital político para frenar el avance libertario, logrando que el espacio de Javier Milei quedara relegado al tercer lugar en la ciudad, aunque mostró crecimiento respecto a elecciones anteriores.

La jornada electoral también estuvo marcada por gestos de unidad en el peronismo nacional. Cristina Fernández de Kirchner felicitó a Monteverde, subrayando la importancia de la unidad del campo nacional y popular. En paralelo, en Buenos Aires, referentes peronistas como Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner avanzaron en conversaciones para conformar un frente electoral unificado.

El bajo nivel de participación electoral fue motivo de preocupación entre los dirigentes, quienes señalaron la necesidad de recuperar el compromiso cívico, especialmente en los grandes centros urbanos. Analistas coinciden en que el escenario político queda abierto de cara a 2027, con tres fuerzas competitivas y una ciudadanía que demanda nuevas respuestas.

La elección en Rosario y Santa Fe se inscribe en un contexto nacional de polarización y avance de nuevas fuerzas políticas, donde la reconstrucción del peronismo y la consolidación de los libertarios serán claves para el futuro político argentino.