A pocos días de las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, el clima político se encuentra marcado por la polarización entre Fuerza Patria (PJ) y La Libertad Avanza (LLA). Las encuestas reflejan una disputa cerrada, con resultados que varían según la sección electoral y la consultora, mientras el ausentismo y la desafección ciudadana se perfilan como factores decisivos.

El escándalo por presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) ha impactado en la imagen del gobierno de Javier Milei, aunque los sondeos indican que la mayoría de los votantes no modificará su decisión electoral. Según Management & Fit, el 94,5% de los encuestados conoce el caso y más del 70% lo considera grave, pero el 82,6% afirma que no alterará su voto. La imagen presidencial cayó entre 3 y 5 puntos tras el escándalo, y la preocupación por la corrupción aumentó diez puntos, de acuerdo con Proyección y Poliarquía Consultores.

La participación electoral es otro aspecto central: estimaciones de consultoras como Opinaia e Isonomía advierten que la predisposición a votar podría ser muy baja, con hasta un 30% de indecisos y una participación que rondaría el 50%. Este fenómeno se atribuye a la crisis de representación y a la apatía generada por la coyuntura económica. El Conurbano bonaerense, que concentra casi dos tercios de los votos provinciales, será determinante para el resultado. En la Primera Sección, LLA aventajaría al PJ por dos puntos, mientras que en la Tercera Sección, tradicional bastión peronista, las encuestas muestran resultados dispares.

El sistema electoral bonaerense, desdoblado de la nacional, introduce cambios en el conteo y adjudicación de bancas, eliminando el voto nulo y utilizando el método Hare. Esta modificación genera expectativas y preocupación por posibles argumentos de fraude en mesas puntuales, aunque el gobierno provincial asegura transparencia en el proceso.

La campaña se desarrolla en un contexto de alta polarización y estrategias diferenciadas. El PJ apuesta a la movilización territorial y a la capilaridad de sus intendentes, mientras LLA depende de la figura presidencial y enfrenta dificultades para instalar candidatos locales. Incidentes recientes en la caravana de Milei en Lomas de Zamora han puesto en cuestión la seguridad presidencial y la eficacia de la policía bonaerense, aunque analistas descartan motivaciones políticas detrás de los hechos.

De cara al 7 de septiembre, el resultado de la elección bonaerense podría redefinir el panorama nacional. Una victoria contundente del peronismo fortalecería a Axel Kicillof y sus aliados, mientras una derrota parcial podría profundizar la crisis interna del oficialismo nacional. Los analistas coinciden en que la noche electoral habilitará nuevos escenarios para las generales y será un termómetro clave para el futuro político y económico del país.