El Senado de Estados Unidos confirmó este jueves a Peter Lamelas como embajador en Argentina, en una votación ajustada que reflejó la controversia en torno a su nombramiento. Lamelas, médico y empresario de origen cubano, fue designado por el presidente Donald Trump y llega a Buenos Aires sin experiencia diplomática previa, pero con una marcada afinidad política tanto con Trump como con el presidente argentino Javier Milei.

La confirmación de Lamelas fue celebrada por la embajada estadounidense en Buenos Aires, que anticipó su arribo para representar los intereses de Estados Unidos y fortalecer el vínculo bilateral. "Espero poder ayudar a alinear los intereses de Estados Unidos y la Argentina. Respeto su soberanía y el Estado de derecho de la gran República Argentina", expresó Lamelas en sus redes sociales tras la votación.

El nuevo embajador, de 66 años, se ha destacado por su postura crítica hacia los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua, y por sus declaraciones sobre la influencia de China en las provincias argentinas. En su audiencia de confirmación ante el Senado, Lamelas prometió "mantenerse firme contra la influencia maligna de potencias adversarias en la región" y aseguró que trabajará para "reducir las barreras comerciales y alentar inversiones estadounidenses en todo el país".

Su nombramiento generó polémica en Argentina, especialmente por sus comentarios sobre la condena de la expresidenta Cristina Kirchner y la supuesta corrupción vinculada a China. Líderes opositores reclamaron al presidente Milei que rechace el plácet de Lamelas, acusándolo de injerencia en asuntos internos.

La relación personal entre Lamelas y Milei se consolidó en Mar-a-Lago, el club privado de Trump en Palm Beach, donde ambos se reunieron y manifestaron apoyo mutuo. Lamelas, ferviente anticastrista y donante del Partido Republicano, considera que "una Argentina más fuerte, próspera y democrática es fundamental para la estabilidad del hemisferio occidental".

El nombramiento de Lamelas responde a la política de la administración Trump de elegir embajadores cercanos y exitosos en el sector privado, priorizando la afinidad política sobre la experiencia diplomática. Su gestión en Buenos Aires será observada de cerca, en un contexto de sintonía entre Washington y la Casa Rosada, y con el desafío de fortalecer el eje político y económico entre ambos países.

La llegada de Lamelas marca un nuevo capítulo en la relación bilateral, con expectativas de mayor cooperación comercial y política, pero también con tensiones por sus posiciones sobre actores internacionales y la política interna argentina. El impacto de su gestión podría influir en el equilibrio regional y en la proyección de la agenda estadounidense en América Latina.