La inminente discusión de la reforma laboral en el Congreso argentino ha generado un amplio respaldo desde sectores empresariales y gubernamentales, aunque también se plantean advertencias y demandas específicas. Martín Rappallini, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), defendió la iniciativa impulsada por el Ejecutivo, destacando que "no hay pérdida de derechos, sino adecuación de los regímenes de trabajo a la realidad". Según Rappallini, el sistema laboral argentino lleva más de 15 años sin generar empleo formal sostenido y enfrenta una alta litigiosidad que desalienta la contratación y afecta especialmente a las pequeñas y medianas empresas.

Entre los puntos centrales del proyecto, se destaca la creación de un Fondo de Asistencia Laboral (FAL), que permitiría a las empresas constituir un fondo de cese para incentivar la formalización y reducir los costos futuros asociados a despidos. "Es un incentivo para el blanqueo y formalización de las empresas y una solución muy inteligente", afirmó Rappallini en declaraciones radiales. Además, el proyecto contempla la regularización de prácticas como el banco de horas y el fraccionamiento de vacaciones, adaptando la normativa a las nuevas realidades del mercado laboral.

Desde el gobierno de Santa Fe, el ministro de Desarrollo Productivo, Gustavo Puccini, consideró "necesario y oportuno" el debate, aunque advirtió que "no puede ser que tomar un trabajador ponga en riesgo la continuidad de una empresa". Puccini subrayó la importancia de orientar la reforma hacia las pymes y de acompañarla con incentivos fiscales, como la posibilidad de descontar del impuesto a los Ingresos Brutos el salario de nuevos empleados. "La promoción del empleo registrado debe ser la base para sacar al país adelante", sostuvo.

Ambos referentes coincidieron en que la reforma debe contemplar tanto la protección de los trabajadores como la necesidad de productividad y competitividad de las empresas. También señalaron que la legislación debe adaptarse a nuevas formas de empleo, como las plataformas digitales, y que la reforma laboral, por sí sola, no resolverá los problemas estructurales del empleo en Argentina.

El debate parlamentario continuará en los próximos días, con la expectativa de que se logre un marco legal que incentive la producción, el empleo registrado y la competitividad, en un contexto de apertura económica y desafíos para la industria local.