Las intensas lluvias registradas entre Nochebuena y Navidad de 2025 marcaron un punto de inflexión para la campaña agrícola argentina. Mientras la región núcleo recibió precipitaciones clave para el maíz temprano, el norte del país enfrentó una emergencia hídrica sin precedentes, evidenciando los contrastes climáticos y estructurales del sector agropecuario.

Según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, la región núcleo acumuló un promedio de 38,5 milímetros, con máximos de 90 mm en Rufino y 80 mm en Laboulaye. Estos aportes hídricos llegaron en el momento más sensible para el maíz, cuando se define el número de granos por espiga, y consolidaron expectativas de rendimientos récord. "El cultivo atraviesa su período crítico sin sobresaltos, una diferencia sustancial frente al año pasado", señalaron asesores técnicos citados por TN y Lagaceta.

En contraste, Corrientes y otras provincias del norte sufrieron lluvias extremas: en apenas cinco días, se acumularon cerca de 665 mm, casi cuatro veces el promedio histórico de diciembre. El fenómeno dejó ciudades anegadas, caminos intransitables y una movilidad prácticamente paralizada. "La emergencia hídrica golpeó al norte", resumió TN, mientras que en Chaco y Entre Ríos también se reportaron acumulados superiores a los 100 mm.

El impacto de las lluvias se reflejó en la logística agroexportadora. El índice de actividad de la cadena agropecuaria creció 3,5% respecto a octubre y casi 10% interanual, impulsado por volúmenes récord en soja y trigo. Sin embargo, este auge tensiona la infraestructura existente. "El ingreso de camiones a puertos del Gran Rosario podría ser un 80% mayor al promedio de los últimos 10 años", advirtió un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario citado por Lanacion. Especialistas como Paulina Lescano y Claudio Molina alertaron sobre la falta de inversión en ferrocarril y la necesidad de mejorar la hidrovía del Paraná para evitar cuellos de botella y descuentos de precios.

El contexto internacional, marcado por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, favoreció las exportaciones sudamericanas, pero también expuso la vulnerabilidad de la cadena logística argentina ante eventos climáticos y limitaciones estructurales. Productores y entidades rurales reclaman inversiones urgentes para sostener la competitividad exportadora y aprovechar el potencial de una campaña que podría romper récords históricos.

De cara a 2026, el desafío será mantener altos niveles de producción y exportación sin perder eficiencia operativa, en un escenario global cada vez más dinámico y exigente.