El presidente Javier Milei decidió cancelar su visita a Las Vegas y concentrar su agenda internacional en Los Ángeles, donde mantendrá reuniones con empresarios estadounidenses. La modificación del itinerario se produce en un contexto de alta tensión política, marcado por denuncias de corrupción y la inminencia de elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires.

Fuentes cercanas a la Casa Rosada confirmaron que Milei no asistirá al espectáculo de su exnovia, Fátima Florez, en el Hotel Sahara de Las Vegas, como se había promocionado previamente. "El horno no está para bollos", expresó un integrante de la comitiva presidencial, aludiendo a la sensibilidad del momento político. La decisión de cancelar la visita fue influida por la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, quien también optó por no acompañar al presidente en este viaje.

La agenda presidencial se centrará en una reunión con aproximadamente 80 empresarios de distintos sectores, organizada por el economista Michael Milken en Los Ángeles. Milei buscará transmitir confianza sobre la coyuntura y el rumbo económico de su gestión, en medio de una crisis institucional agravada por la filtración de audios que involucran a funcionarios en presuntos cobros de coimas y la intervención del Tesoro en el mercado cambiario.

El viaje, realizado en el avión presidencial, tiene un costo significativo para el Estado y se produce a pocos días de una votación crucial en la provincia de Buenos Aires. La oposición ha cuestionado la oportunidad de la gira y el uso de recursos públicos, mientras que desde el oficialismo se sostiene que la cancelación de la visita a Las Vegas busca evitar críticas y proteger la imagen del presidente.

Milei ha realizado numerosas giras internacionales desde su asunción, muchas de ellas con actividades que trascienden lo estrictamente oficial. Tras su regreso, el mandatario tiene previsto participar en las elecciones bonaerenses y continuar con su agenda internacional, que incluye una posible visita a España y un discurso ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York. El desenlace de la crisis política y las repercusiones de este viaje podrían influir en el escenario electoral y en la percepción pública del gobierno.