Norma Arenas, una reconocida cantante lírica nacida en Las Heras, Mendoza, ha decidido donar parte de su herencia a UNICEF, cumpliendo así la voluntad de su fallecida hija Gioconda. A sus 91 años, Arenas ha vivido una vida marcada por el arte y la solidaridad, viajando por Europa y América y desempeñando diversos trabajos para sostenerse económicamente. La decisión de donar sus bienes surgió de una conversación íntima con su hija, quien expresó el deseo de que el último miembro de la familia donara a los niños. "La que se vaya última, esa va a donar a los niños. Y yo cumplo su voluntad", relató Norma.

El testamento de Arenas incluye un departamento en Providencia, Chile, y el dinero obtenido por la venta de un garaje en Argentina, ambos destinados a UNICEF. La cantante conserva la casa familiar en Mendoza y el departamento donde reside en Santiago, que quedarán para su hermano y sobrinos. "Estoy orgullosa de mi familia. Hay algunas que se pelean por una cucharita, pero ellos me entendieron. Nosotros no somos ricos, pero vivimos bien. Por eso decidí donar", explicó Arenas, quien contó con el apoyo de sus familiares en esta decisión.

La figura del legado solidario permite en Argentina incluir a una ONG en el testamento sin afectar a los herederos forzosos, y puede ser revocada en cualquier momento. Aunque aún es poco conocida en el país, cada vez más personas optan por dejar huella en causas sociales. Norma, que perdió a su única hija y se divorció hace años, sintió la libertad de elegir el destino de sus bienes y encontró en UNICEF una organización que le brindó tranquilidad.

Arenas reflexiona sobre la importancia de la solidaridad y la empatía, valores que marcaron su vida desde la infancia. "No es generosidad lo que estoy haciendo. Lo bueno es dar cuando estás vivo, aunque eso implique pasar hasta pobreza", sostiene. Su historia es un ejemplo de cómo el arte y la generosidad pueden trascender fronteras y dejar un legado duradero en la sociedad. El próximo 31 de octubre, Norma celebrará su cumpleaños número 92, acompañada por el recuerdo de su hija y la satisfacción de haber cumplido su voluntad.