El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) analizó esta semana en Washington el programa de financiamiento de US$20.000 millones acordado con Argentina, en el marco de los recientes cambios en la política cambiaria implementados por el Banco Central (BCRA). La reunión, de carácter informal, se centró en la evolución de la economía argentina y en la capacidad del país para cumplir con los compromisos asumidos ante el organismo multilateral.

El BCRA anunció que, a partir de enero de 2026, el piso y el techo de las bandas cambiarias se ajustarán mensualmente en función de la inflación, reemplazando el ajuste fijo del 1% mensual vigente hasta ahora. Esta medida busca dotar de mayor flexibilidad y previsibilidad al régimen cambiario, en línea con las recomendaciones del FMI y de los mercados internacionales. Además, la autoridad monetaria proyecta acumular US$10.000 millones en reservas durante el próximo año, aunque la meta de 2025 no fue alcanzada.

El FMI expresó su respaldo a las nuevas medidas a través de su vocera, Julie Kozack, quien afirmó: “Celebramos el reciente acceso al mercado y las medidas anunciadas para fortalecer el marco monetario y cambiario, reconstituir las reservas e impulsar reformas que impulsen el crecimiento. Estamos colaborando estrechamente con las autoridades de la Argentina en la implementación de estas importantes medidas”. Sin embargo, el organismo advirtió que la acumulación de reservas sigue siendo un desafío y recomendó un enfoque más ambicioso y políticas monetarias consistentes.

En julio pasado, el FMI ya había otorgado a Argentina un "waiver" por no cumplir la meta de reservas netas y flexibilizó el objetivo anual, reduciéndolo en US$5.000 millones. El staff técnico del Fondo considera que un tercer "waiver" consecutivo podría marcar un límite informal para el apoyo del organismo, lo que genera incertidumbre sobre el futuro del programa.

El contexto financiero argentino sigue siendo frágil, con vencimientos de deuda significativos en 2026 y la necesidad de fortalecer la confianza de los inversores. El mercado y los analistas internacionales observan con atención la capacidad del país para cumplir con las metas acordadas y evitar nuevas turbulencias económicas. La próxima revisión formal del acuerdo está prevista para enero de 2026, momento en el que se evaluarán los avances y se definirán los próximos pasos del programa.