La madrugada del domingo en Bernal Oeste, partido de Quilmes, se vio sacudida por la muerte de Melody, una adolescente de 14 años, quien recibió un disparo en la cabeza durante una fiesta clandestina en la Villa La Iapi. El evento, realizado en una vivienda particular, reunía a decenas de jóvenes que accedían mediante el pago de una entrada y consumían bebidas alcohólicas, según relataron testigos y publicaciones en redes sociales.

La celebración, que según vecinos es habitual en la zona y carece de supervisión, derivó en una pelea entre adolescentes. "La situación se descontroló en pocos minutos, hubo corridas, gritos y violencia generalizada", describieron testigos. En medio del caos, se escucharon disparos y uno de ellos impactó en la cabeza de Melody, quien murió en el acto o durante el traslado al Hospital Iriarte, pese a los esfuerzos médicos.

El hecho generó un operativo policial a cargo de la Comisaría Séptima y la Fiscalía del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de Quilmes. Varios jóvenes fueron demorados y se tomaron declaraciones a los asistentes, mientras la Policía secuestró teléfonos celulares y revisa cámaras de seguridad y material digital para reconstruir la secuencia de los hechos. "La principal prioridad es preservar la integridad de los testigos y avanzar sobre la base de pruebas objetivas", señalaron fuentes judiciales.

La familia de la víctima inició una colecta para afrontar los gastos del sepelio y pidió justicia. El barrio expresó su conmoción y reclamó mayores controles para evitar que las fiestas clandestinas continúen sin supervisión. "Estas reuniones son habituales y nadie las controla", denunciaron vecinos.

Hasta el momento, no se han producido detenciones formales ni se ha identificado al autor del disparo, aunque los investigadores aseguran que existen indicios concretos que pueden orientar la pesquisa. El caso quedó caratulado como "homicidio" y la investigación sigue bajo la órbita de la UFI interviniente, que aguarda el resultado del análisis de pruebas digitales y testimonios. La tragedia pone en foco la problemática de las fiestas clandestinas y la falta de control en zonas vulnerables, mientras la comunidad espera respuestas y medidas para evitar nuevos hechos similares.