La sorprendente recuperación de Micaela González, una niña sanjuanina de cinco años diagnosticada con un tumor cerebral inoperable, ha generado conmoción tanto en el ámbito médico como en la comunidad religiosa argentina. En julio pasado, los médicos le dieron a la familia un pronóstico desalentador: el tumor en el tronco encefálico era inoperable y la expectativa de vida no superaba los seis meses. Sin embargo, tras un tratamiento de radioterapia y corticoides en el Hospital Juan P. Garrahan de Buenos Aires, el tumor prácticamente desapareció en apenas cuatro meses.

La madre de Micaela, Samantha Sánchez Hurtado, relató a LA NACION que la mejoría fue evidente desde las primeras sesiones de tratamiento, coincidiendo con el inicio de oraciones y devoción a San Carlo Acutis, el joven italiano recientemente canonizado por la Iglesia Católica. “De la primera a la última resonancia, hubo un cambio tremendo del tumor. Está eliminado casi por completo: era como una tela de araña, ahora solo queda un pequeño hilito”, expresó emocionada. La oncóloga a cargo del caso también manifestó su sorpresa ante la evolución clínica de la niña, quien ha retomado su vida normal y escolaridad en San Juan.

La familia atribuye la recuperación a la intercesión de Acutis, conocido como el “influencer de Dios”, y agradece el apoyo recibido tanto de la comunidad médica como de los fieles que se unieron en oración. “Mi niña ha vuelto a ser la misma de antes”, afirmó la madre, quien también destacó la importancia de la fe durante el proceso. El caso es seguido de cerca por el Arzobispado de Mendoza y la comunidad religiosa local, que considera la recuperación como un ejemplo de esperanza y fe colectiva.

Carlo Acutis, canonizado en septiembre, es venerado especialmente entre los jóvenes argentinos. En Mendoza se construye la primera capilla dedicada al santo, prevista para 2027. La historia de Micaela se suma a otros casos atribuidos a la intercesión de Acutis, quien ya cuenta con dos milagros reconocidos oficialmente por la Iglesia. El sacerdote Osvaldo Scandura, responsable de la parroquia vinculada al futuro santuario, señaló: “Estoy convencido que la intercesión de Carlo ha obrado en ella, como en otras personas que han pedido por algo específico”.

La familia González continuará con los controles médicos de Micaela, mientras la comunidad sigue atenta a su evolución y a la repercusión de este caso, que refuerza la fe y la esperanza en situaciones límite.