El triple femicidio de Lara Gutiérrez, Brenda del Castillo y Morena Verdi ha sacudido a Florencio Varela y al país entero. Las tres jóvenes, de entre 15 y 20 años, desaparecieron el 19 de septiembre tras abordar una camioneta blanca en Ciudad Evita. Cuatro días después, sus cuerpos fueron hallados enterrados en el patio de una vivienda, con signos de tortura y mutilación, en un crimen que la justicia vincula a una organización narco.

La investigación, a cargo del fiscal Adrián Arribas, ha avanzado con la detención de siete personas, entre ellas presuntos autores materiales y cómplices. Entre los prófugos se encuentran Tony Janzen Valverde Victoriano, alias "Pequeño J", señalado como autor intelectual, y Matías Agustín Ozorio, su mano derecha. Interpol emitió una alerta roja para su captura internacional, mientras que otros sospechosos fueron arrestados en Bolivia y Buenos Aires.

Las pericias confirmaron que la casa de Florencio Varela fue la escena del crimen. El vehículo utilizado para el traslado de las víctimas fue quemado para eliminar pruebas, y los análisis de celulares y cámaras de seguridad han sido fundamentales para identificar a los implicados. El fiscal espera nuevos resultados de pericias y mantiene en reserva parte de la evidencia.

El caso ha generado un fuerte debate político. El vocero presidencial, Manuel Adorni, responsabilizó a la gestión provincial por la inseguridad y el avance del narcotráfico, mientras que organizaciones sociales critican la ley antimafias y el abordaje estatal del problema. Familiares de las víctimas han denunciado desinformación mediática y exigen que la atención se centre en los responsables del crimen. "Acá fueron tres crímenes y tienen que ir por el objetivo de las personas que le hicieron esto a las chicas. Ya basta de estar hablando de las chicas. Empiecen a enfocarse en el objetivo de agarrar a las personas que fueron las culpables", reclamó Estela, madre de una de las víctimas.

La comunidad local ha realizado protestas para exigir justicia y mayor seguridad. El caso pone en evidencia la vulnerabilidad de los jóvenes en el conurbano bonaerense y la complejidad de enfrentar el avance del narcotráfico, mientras la investigación continúa y se espera la captura de los principales sospechosos.