Corrientes se encuentra en la semana decisiva antes de las elecciones a gobernador, previstas para el próximo domingo 31 de agosto. El clima político está marcado por la expectativa de una posible definición en primera vuelta, con el radicalismo local, encabezado por Juan Pablo Valdés, como favorito según las encuestas. Sin embargo, el peronismo, liderado por Martín Ascúa, apuesta a forzar un balotaje y polarizar el escenario electoral.

El actual gobernador, Gustavo Valdés, imposibilitado de buscar la reelección, apoya la candidatura de su hermano, quien ha intensificado la campaña con inauguraciones de obra pública y actos masivos en la capital y en Ituzaingó. Por su parte, Ascúa, intendente de Paso de los Libres, ha elevado el tono de la confrontación, denunciando "más de 20 años de privilegios" y llamando a "limpiar Corrientes". La campaña también ha estado marcada por la presencia de otros candidatos, como el libertario Lisandro Almirón y el exgobernador Ricardo Colombi, lo que podría fragmentar el voto opositor.

El sistema electoral de Corrientes establece que para evitar una segunda vuelta, una fórmula debe obtener más del 45% de los votos afirmativos válidos, o al menos el 40% con una diferencia superior a 10 puntos respecto del segundo. De no alcanzarse estos umbrales, el balotaje se celebrará el 21 de septiembre.

En los últimos días, la oposición presentó una Acción de Amparo Electoral denunciando graves irregularidades en la organización de los comicios. Entre los principales cuestionamientos figuran la exclusión del Correo Argentino, reemplazado por la empresa privada Andreani, y la participación de familiares del gobernador en la transmisión de datos electorales, lo que consideran un "conflicto de intereses". Además, se alertó sobre la modalidad de notificación de autoridades de mesa y la posible selectividad en la entrega de telegramas.

La Junta Electoral, por su parte, inició la carga de 2.808 urnas en presencia de apoderados de todos los partidos y aseguró que el proceso se realiza con transparencia y protección del voto. "Quiero llevar tranquilidad a la población, su voto va a ser cuidado, su voto va a ser protegido y las urnas dirán la verdad de la elección", afirmó el presidente del organismo, Gustavo Sánchez Mariño.

Corrientes, una de las dos provincias argentinas con calendario electoral desfasado, enfrenta el desafío de la apatía ciudadana y la necesidad de garantizar la confianza en el proceso democrático. El resultado de la elección podría marcar un punto de inflexión en la hegemonía radical y abrir nuevas perspectivas para la política provincial.