La derrota de La Libertad Avanza (LLA) en las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre provocó una fuerte crisis interna en el oficialismo. Daniel Parisini, conocido como "Gordo Dan" y figura influyente en el espacio libertario, se convirtió en el principal crítico tras el traspié electoral, exigiendo cambios en la conducción política y apuntando directamente contra Sebastián Pareja, responsable del armado de listas en la provincia de Buenos Aires.

A través de sus redes sociales, Parisini reclamó al presidente Javier Milei una reorganización urgente del equipo: “DT ordene ya el equipo. Acá seguiremos bancando hasta el final. Pero ordene ya el equipo. Ordene el equipo y venceremos”, publicó en X. Sus críticas se centraron en la exclusión de jóvenes militantes de las listas y en la gestión del cierre de campaña en Moreno, donde responsabilizó a Pareja y a Ramón Vera por el resultado adverso. “Esto no se puede permitir nunca más”, sentenció Parisini, generando un fuerte eco en el sector referenciado con el asesor Santiago Caputo.

La derrota, que significó una diferencia de casi 14 puntos a favor del peronismo, intensificó las disputas internas entre los sectores de Caputo y Karina Milei. Caputo, quien había perdido influencia en las últimas semanas, aprovechó el resultado para responsabilizar a Pareja y a los Menem por la pérdida de capital político y la falta de renovación en las candidaturas. En paralelo, el diputado electo Maximiliano Bondarenko y otros referentes del espacio admitieron errores y llamaron a una autocrítica profunda.

Sebastián Pareja, por su parte, minimizó las críticas y fue ratificado en su cargo por el Gobierno, mientras que desde el entorno presidencial se anunció la conformación de una nueva mesa política nacional y la convocatoria a un diálogo federal con los gobernadores. Sin embargo, la iniciativa ya generó rechazos, incluso entre aliados.

El episodio también estuvo marcado por la controversia en torno a un mensaje ofensivo de Parisini contra el senador Luis Juez, lo que motivó el repudio de diversos sectores políticos y la eliminación del posteo. El clima interno en LLA sigue siendo tenso, con pases de factura públicos y la mirada puesta en las próximas elecciones de octubre, consideradas clave para el futuro del oficialismo en el Congreso.

La situación recuerda a otras crisis políticas argentinas, como la de Herminio Iglesias en 1983, y pone de manifiesto la fragilidad de los equilibrios internos en el oficialismo. El desenlace de la interna libertaria y la capacidad de Milei para recomponer su espacio serán determinantes en el escenario político de los próximos meses.