El fallecimiento de Federico Antonio Villagra, de 33 años, tras una brutal golpiza sufrida el pasado 23 de noviembre en la localidad salteña de Aguaray, ha generado conmoción y un fuerte reclamo de justicia en la región. Villagra fue atacado por al menos tres personas en la intersección de las avenidas Celso Testa y Mariano Moreno, donde fue hallado inconsciente y gravemente herido. Tras ser auxiliado por una joven y su familia, fue trasladado de urgencia al hospital local, luego al hospital Juan Domingo Perón de Tartagal y finalmente al hospital de Orán, donde permaneció internado en estado crítico y fue sometido a tres cirugías antes de fallecer.

La investigación, iniciada por la Fiscalía Penal de Salvador Mazza y luego derivada a la Unidad de Graves Atentados contra las Personas de Tartagal, permitió identificar y detener a tres sospechosos, inicialmente imputados por lesiones agravadas en banda. Sin embargo, tras el deceso de Villagra y la incorporación de pruebas clave, la carátula fue modificada a homicidio agravado y privación ilegítima de la libertad. Entre las pruebas reunidas se destacan videos de cámaras de seguridad que muestran a los imputados abandonando a la víctima y simulando golpes, así como testimonios de testigos que los vinculan directamente con el ataque.

La fiscalía solicitó la prisión preventiva de los detenidos y emitió un pedido de captura para un cuarto implicado, que permanece prófugo. El fiscal Gonzalo Ariel Vega subrayó la gravedad del hecho y la contundencia de las pruebas reunidas, mientras la investigación continúa para esclarecer completamente las circunstancias y responsabilidades.

El caso ha reavivado el debate sobre la violencia grupal y la seguridad en Salta, con familiares y vecinos exigiendo justicia y una respuesta más firme de las autoridades. La causa sigue en curso, con la expectativa de que se logre una resolución judicial ejemplar que siente precedente ante hechos de similar gravedad.