Cuatro amigos oriundos de Santa Fe vivieron una amarga experiencia en San Antonio de Arredondo, Córdoba, cuando la noche de su llegada fueron víctimas del robo de sus tres motocicletas. El hecho ocurrió mientras los turistas dormían en una vivienda alquilada cerca del río, en la calle Malvinas Argentinas al 800.

Según relataron los damnificados, los delincuentes forzaron el portón de la casa y sustrajeron dos motos Kawasaki Z400 y una Suzuki DR650. Al despertar, los jóvenes notaron la ausencia de los vehículos y comenzaron una búsqueda por la zona. A solo una cuadra, en la costanera, hallaron la Suzuki completamente incendiada. Las otras dos motos fueron encontradas horas después, ocultas entre ramas y destrozadas, cerca de un basural en dirección a Mayu Sumaj.

“Las dejaron nuevas para viajar y ahora no sirven más. Todo roto: instalación eléctrica cortada, cachas hechas pedazos, manubrio, suspensión… destruidas”, lamentó Lionel, uno de los afectados. El grupo, que visita la región desde hace años, aseguró que el robo alteró por completo sus planes de descanso y representó un duro golpe económico y emocional.

La intervención policial fue motivo de controversia. Los efectivos tomaron declaración a las víctimas, pero se negaron a caratular el hecho como robo violento, argumentando que no hubo violencia directa sobre las personas. “¿Cómo que no? Rompieron cerraduras, forzaron trabavolante, patearon el portón. Eso es violencia sobre la propiedad”, insistió Lionel, quien también criticó la falta de acompañamiento y la negativa a levantar huellas en el lugar.

El caso, que se produjo en pleno fin de semana largo, reavivó el debate sobre la seguridad en destinos turísticos de Córdoba. Las víctimas manifestaron su indignación y la sensación de desprotección, mientras el hecho tuvo amplia repercusión en medios locales. La inseguridad en la región sigue siendo una preocupación para residentes y visitantes, especialmente en épocas de alta afluencia turística.