La Libertad Avanza (LLA) se impuso con contundencia en las elecciones legislativas de la Sexta Sección Electoral de la provincia de Buenos Aires, con Bahía Blanca como epicentro. El espacio liderado por Oscar Liberman obtuvo el 41,7% de los votos en la sección y el 46,2% en la ciudad, superando ampliamente a Fuerza Patria y otras fuerzas tradicionales. Este resultado consolida a LLA como la principal fuerza política en una región históricamente disputada por peronistas y radicales.

La jornada electoral estuvo marcada por un récord de ausentismo: solo el 60,45% del padrón participó en Bahía Blanca, el nivel más bajo desde el retorno de la democracia en 1983. A pesar de la baja asistencia y de la reciente decisión del presidente Javier Milei de vetar una ley de emergencia para la ciudad tras las inundaciones de marzo, el electorado local respaldó masivamente a la boleta libertaria.

El escrutinio reveló algunas irregularidades llamativas. En varias mesas, LLA no obtuvo votos o registró cortes de boleta inusuales, lo que generó sospechas y cuestionamientos, aunque no alteró el resultado global. Según medios locales, la falta de fiscales de LLA en todas las mesas podría haber influido en estos resultados atípicos.

Oscar Liberman, legislador electo, celebró el respaldo obtenido pero llamó a una autocrítica interna y a adaptar el mensaje del partido a las particularidades de cada distrito. "Me hubiera gustado que sea un triunfo conjunto, porque trabajamos para eso. Hay que hacer autocrítica y cambiar la forma de trabajo", afirmó en declaraciones a la prensa.

El oficialismo bonaerense, que había reforzado su presencia en la región con obras públicas y asistencia tras los desastres naturales, no logró revertir la tendencia. El resultado electoral refleja un cambio de eje en la política local, con el voto libertario canalizando el descontento social y desplazando a las estructuras tradicionales.

De cara al futuro, la consolidación de LLA en la Sexta Sección plantea nuevos desafíos para el peronismo y el radicalismo, que deberán repensar sus estrategias en un escenario político cada vez más fragmentado y volátil.