Una mujer fue víctima de una violenta agresión y abuso sexual por parte de su ex pareja, Miguel Alvidez, en el barrio porteño de Mataderos, mientras se recuperaba de una cesárea. El hecho ocurrió el 6 de marzo de 2024 y contó con la complicidad de los hermanos del agresor, Marta y Juan Ramón Alvidez. La víctima fue golpeada, amenazada de muerte, retenida en distintos domicilios y finalmente abandonada en una plaza de Ciudad Oculta, donde logró escapar y refugiarse en la casa de su madre.

La denuncia fue realizada ante la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, lo que motivó la intervención de la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas N°33. Durante la investigación, se realizaron allanamientos en la zona de Ciudad Oculta, donde se secuestró un arma de fuego y más de 130 cartuchos. Los hermanos del principal acusado fueron detenidos, mientras que Miguel Alvidez logró eludir a la policía inicialmente, pero fue capturado tras tareas de búsqueda.

El juicio oral se desarrolló con la víctima declarando en ausencia de los acusados para evitar su revictimización. El tribunal, integrado por Ricardo Baldomar y María Fernanda Botana, valoró especialmente el contexto de violencia de género y la coherencia del testimonio de la mujer, corroborado por pruebas médicas, periciales y testimonios de familiares y profesionales. El fallo condenó a Miguel Alvidez a 10 años de prisión de efectivo cumplimiento, mientras que Marta y Juan Ramón Alvidez recibieron penas de 3 años y 8 meses y 3 años y medio, respectivamente.

El tribunal destacó que la violencia de género incluye agresiones físicas, sexuales y psicológicas en el ámbito familiar, y que el testimonio de la víctima fue persistente y verosímil. Además, se revocaron condenas condicionales previas y se unificaron las penas de los cómplices. El caso expuso el ciclo de violencia de género, con aislamiento, privación de recursos y control emocional sistemático sobre la víctima. La Oficina de Violencia Doméstica y la Fiscalía brindaron protección y acompañamiento psicológico a la mujer y su familia. El fallo sienta precedente sobre la importancia de la protección integral de las víctimas y la validez de su testimonio en casos de violencia de género.