A un mes del incendio que devastó la empresa Logischem en el parque industrial de Ezeiza, nuevos indicios refuerzan la hipótesis de que la tragedia fue consecuencia de un derrame químico mal gestionado y negligencia en los protocolos de seguridad. El siniestro, ocurrido el 14 de noviembre, comenzó con una pérdida de peróxido de hidrógeno que empapó pallets de madera, según testimonios de trabajadores. La gerencia, pese a estar al tanto de la situación, no habría tomado las medidas adecuadas para evitar el desastre.

La noche del incendio, dos explosiones sacudieron la zona, alcanzando a empresas vecinas como Iron Mountain, Larroca Minera y Sinteplast, y provocando daños en viviendas cercanas. Más de 900 personas y 70 dotaciones de bomberos trabajaron durante horas para controlar las llamas, que superaron los 20 metros de altura. El saldo fue de unos 20 heridos, sin víctimas fatales, pero con importantes pérdidas materiales.

Vecinos como Pablo y Marina relatan que la onda expansiva rompió vidrios y dañó electrodomésticos en sus hogares, sin que hasta el momento hayan recibido compensación alguna. "A mi casa nunca vinieron, nadie se hizo cargo", expresó Pablo, quien debió afrontar gastos de reparación por su cuenta. La indignación crece entre los damnificados, que denuncian la falta de respuestas tanto de la empresa como del municipio.

La investigación judicial, a cargo de la fiscal Florencia Belloc, avanza lentamente debido a la complejidad del escenario y la minuciosidad requerida en la recolección de pruebas. "No es inmediato", aclaró la fiscal, quien estima que las pericias concluirán en las próximas semanas.

Ex empleados de Logischem señalan que la falta de capacitación y la reciente renovación del personal contribuyeron a la tragedia. "La gente no estaba calificada, no estaba capacitada", afirmó un ex trabajador. Hasta el momento, la empresa no ha emitido declaraciones públicas sobre el incidente, mientras la comunidad afectada espera respuestas y soluciones.