Las vacaciones de verano 2026 en la Costa Atlántica argentina se perfilan como un desafío para las familias que buscan equilibrar descanso y presupuesto. Según relevamientos de operadores turísticos y medios especializados, el costo de una semana para una familia tipo parte de un mínimo de $970.000, considerando alojamiento económico, sin alquiler de carpa y cocinando la mayor parte del tiempo. Sin embargo, el presupuesto puede escalar hasta $2 millones si se opta por hospedajes de mayor categoría y servicios adicionales como el alquiler de carpas en balnearios.

En Mar del Plata, los departamentos para cuatro personas arrancan en $470.000 y pueden llegar a $800.000 por semana, mientras que en Pinamar los precios oscilan entre $800.000 y $1.500.000. Los balnearios premium, como Cariló y Costa Esmeralda, presentan valores aún más elevados, con alquileres que se pactan en dólares y pueden superar los U$S 2.500 por semana. El alquiler de carpas en balnearios, un servicio que aporta comodidad pero encarece la estadía, varía entre $735.000 y $850.000 en Mar del Plata, y desde $250.000 en Necochea, incluyendo estacionamiento en la mayoría de los casos.

La gastronomía también representa un gasto significativo. Los precios en la playa muestran una amplia dispersión: un choclo cuesta $5.000, una docena de churros entre $11.000 y $12.000, y una hamburguesa con papas entre $12.000 y $16.000. Los desayunos en paradores como Punta Mogotes mantienen precios accesibles, con café a $3.000 y licuados a $5.000, mientras que opciones más exclusivas pueden superar los $16.000 por persona.

El traslado desde la Ciudad de Buenos Aires suma unos $140.000 ida y vuelta, lo que obliga a las familias a analizar cada gasto con detalle. La comparación con destinos internacionales, especialmente Brasil, es inevitable. En enero, vacacionar en Pinamar cuesta en promedio USD 217 por día, mientras que en Florianópolis asciende a USD 270. En febrero, la diferencia se reduce, pero el gasto diario en Argentina sigue siendo superior al de algunos destinos del exterior.

La temporada 2025-2026 se caracteriza por una mayor prudencia en los precios, tras una temporada anterior difícil para el sector turístico. Los operadores destacan la importancia de mantener valores competitivos para sostener la demanda, mientras que los turistas buscan estrategias de ahorro, como cocinar y evitar servicios premium. El desarrollo de Punta Mogotes y la expansión inmobiliaria en zonas exclusivas reflejan el dinamismo del mercado, aunque también la creciente disparidad de precios.

En este contexto, la clave para unas vacaciones accesibles está en la elección del destino, el tipo de alojamiento y los hábitos de consumo durante la estadía. Las perspectivas para el verano muestran una demanda sostenida, pero con turistas cada vez más atentos al impacto de cada gasto en su presupuesto.