Andrea Pelc, quien perdió a su hija mayor en la tragedia de Cromañón en 2004, descubrió a los 56 años que fue apropiada al nacer, según relató a Infobae. La noche del 30 de diciembre de 2004, Andrea recibió la noticia de que su hija María Celeste, de 18 años, era una de las 194 víctimas fatales del incendio en el boliche República Cromañón. Este hecho marcó profundamente su vida, llevándola a enfrentar largos procesos de duelo y tratamientos psiquiátricos.

Casi dos décadas después, Andrea se enteró de que la historia de su nacimiento era una ficción. Tras la muerte de sus padres de crianza, y luego de una conversación con una vecina, confirmó que había sido apropiada. Su madre de crianza admitió la verdad con un silencio, y su padre, antes de morir, quemó documentos que podrían haber esclarecido su origen. Andrea comprobó que su partida de nacimiento era falsa y que su padre de crianza era estéril, lo que reforzó la certeza de la apropiación.

La búsqueda de su identidad se ha visto obstaculizada por el silencio de quienes podrían aportar información y la falta de registros. Andrea relata que el dolor de no conocer su origen es tan profundo como el de perder a un hijo. "No hay un dolor más grande que otro, son dolores de raíz", afirma. A pesar de las dificultades, ha encontrado herramientas para sobrellevar el dolor, como la terapia especializada en estrés postraumático.

El caso de Andrea se enmarca en una problemática histórica de Argentina, donde la apropiación de niños y el ocultamiento de la identidad han dejado huellas en varias generaciones. Su testimonio busca visibilizar la importancia de la verdad y la necesidad de acompañamiento para quienes atraviesan situaciones similares. "Mientras tanto sigo buscando mi raíz, mi origen, mi verdad", concluye Andrea, quien espera que su experiencia sirva de ayuda a otros.