La criminalidad vinculada a bandas peruanas en Argentina ha experimentado una transformación significativa en 2025, marcada por el aumento de la violencia y la sofisticación de las operaciones de narcotráfico. El triple crimen narco de Florencio Varela, que terminó con el asesinato y mutilación de tres jóvenes, expuso la reconfiguración del negocio de la droga en el país y la creciente influencia de organizaciones extranjeras.

Las investigaciones policiales revelaron que la banda responsable de estos homicidios, liderada por ciudadanos peruanos, operaba con una estructura jerárquica y conexiones internacionales. Tony Janzen Valverde y Joseph Cubas Zavaleta, alias “Señor Jota”, fueron identificados como figuras clave, aunque la organización parece responder a líderes aún más poderosos en Perú. El caso se complejizó con el testimonio de una arrepentida, que describió una red de tráfico mayorista comandada desde Trujillo.

El 2 de octubre, una serie de allanamientos en CABA, Ituzaingó y Moreno permitió el secuestro de 281 kilos de cocaína y la detención de cinco personas, entre ellas Yuri Anzor Goyzueta Hurtado, señalado como organizador y encargado del almacenamiento de la droga. La investigación, iniciada en San Luis en 2021, siguió la ruta de la droga hasta desarticular parte de la red, que distribuía estupefacientes en varias provincias y la capital.

En paralelo, otra banda fue parcialmente desarticulada tras el aterrizaje de una avioneta con 350 kilos de cocaína en Entre Ríos. El principal sospechoso, José Alberto García Nazario, permanece prófugo. Las autoridades hallaron vínculos con la comunidad peruana en Buenos Aires y detectaron el uso de documentación falsa y simuladores de vuelo para planificar operaciones.

La fiscal Mónica Cuñarro advirtió sobre la falta de inteligencia criminal y prevención: “No existe inteligencia previa que detecte la ruta del dinero ni las organizaciones del narcotráfico. Cuando se llega es por casualidad, porque cae un avión o a los que transportan”. Además, se evidenció corrupción policial, con tres agentes detenidos por participar en un secuestro relacionado con el narco.

Estos casos reflejan un cambio de patrón delictivo y la necesidad de fortalecer la cooperación internacional y la investigación preliminar. La evolución del narcotráfico en Argentina plantea nuevos desafíos para las fuerzas de seguridad y el sistema judicial, en un contexto de creciente violencia y sofisticación criminal.