Matilda López Sanzetenea, una joven boliviana de 18 años, falleció tras caer del balcón de un segundo piso en una residencia estudiantil ubicada en el barrio porteño de San Telmo. El trágico episodio ocurrió el sábado 1° de noviembre y, desde entonces, la investigación judicial se ha centrado en determinar si se trató de un femicidio. El principal sospechoso es su novio, Nahuel Castillo Corminola, quien permanece detenido mientras la Justicia analiza pruebas clave, entre ellas un video de seguridad que captó el momento de la caída.

Según fuentes policiales y judiciales, Castillo Corminola presentaba lesiones compatibles con arañazos en la espalda, lo que podría indicar un forcejeo previo al hecho. La joven fue trasladada con vida al Hospital Argerich, donde falleció horas después debido a politraumatismos de cráneo. El Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 5, a cargo del juez Manuel de Campos, ordenó la preservación del departamento y la realización de pericias técnicas sobre el material audiovisual y la escena del suceso.

La familia de Matilda sostiene que la relación estaba marcada por el control, el hostigamiento y la violencia. El padre de la víctima, Pablo López, relató que había advertido a su hija sobre el comportamiento de su pareja, mencionando episodios de violencia económica y acoso. "Le dije: ‘Mati, por favor, tenés que terminar esa relación, porque si hoy te sigue hasta la facultad, mañana te voy a tener que ir a buscar a una morgue. Y no quiero’. Y, mirá, ahora está en una morgue", lamentó López en diálogo con la prensa.

Amigas de Matilda también han aportado testimonios sobre el carácter controlador y manipulador del sospechoso, señalando que otras jóvenes en Bolivia habían alertado sobre antecedentes de violencia. "Ella quedó atrapada en ese chantaje emocional", expresó Wara Salazar, amiga de la víctima.

El expediente judicial, inicialmente caratulado como homicidio, avanza con la hipótesis de femicidio, mientras la familia y allegados reclaman que el proceso se lleve adelante con perspectiva de género. El caso ha reavivado el debate sobre la violencia de género y la necesidad de fortalecer los mecanismos de prevención y protección para las víctimas.

Matilda había llegado a Buenos Aires a principios de año para estudiar Diseño de Imagen y Sonido en la UBA, con el apoyo de su familia. Su muerte ha generado conmoción y un fuerte pedido de justicia, en medio de una investigación que busca esclarecer los hechos y evitar que el caso quede impune.