El cierre de listas para las elecciones legislativas de octubre en Argentina dejó en evidencia la consolidación del poder de Karina Milei dentro de La Libertad Avanza (LLA). La hermana del presidente Javier Milei tomó el control absoluto del armado electoral, desplazando a Patricia Bullrich, ministra de Seguridad y principal figura del gobierno para los comicios, y limitando su influencia en la definición de candidaturas.

Bullrich, quien aspiraba a ubicar a varios referentes de su confianza en las listas de diputados nacionales tanto en la Ciudad como en la provincia de Buenos Aires, solo logró asegurar un lugar en cada distrito. Entre los nombres vetados por Karina Milei se encuentran Pablo Walter, Gerardo Milman, Daniela Reich y Felicitas Beccar Varela. Las explicaciones para los vetos variaron desde vínculos familiares hasta antecedentes políticos, aunque el entorno de Bullrich consideró que las razones fueron insuficientes y que la ministra fue víctima de una estrategia de disciplinamiento interno.

El armado de listas bonaerense estuvo marcado por la imposición de José Luis Espert como primer candidato, seguido por Karen Reichardt y Diego Santilli, en un acuerdo que relegó al PRO y a otros aliados a un papel secundario. La decisión de Karina Milei de limitar la representación de Bullrich y el PRO en la principal provincia del país fue interpretada como un mensaje de control y disciplina, consolidando el "karinismo" como fuerza dominante en el espacio libertario.

Además, Bullrich fue desplazada del Ministerio de Seguridad, aunque se le prometió la posibilidad de elegir a su sucesor. Sin embargo, persisten dudas sobre el cumplimiento de ese compromiso, dado el historial de promesas incumplidas en el gobierno. El cierre de listas también dejó fuera del Congreso a Pablo Walter, principal armador de Bullrich, y a otros dirigentes cercanos, lo que profundizó el desencanto entre los aliados.

El proceso electoral se desarrolla en un contexto de creciente protesta social y relevancia de los ministerios de Seguridad y Defensa, ambos ahora vacantes tras la salida de Bullrich y Luis Petri. La estrategia de Karina Milei apunta a evitar la aparición de competidores internos que puedan desafiar el liderazgo presidencial, especialmente ante la posibilidad de una crisis política. El PRO y otros sectores expresaron su malestar por la falta de representación y el predominio de la Casa Rosada en las decisiones clave, mientras que fuentes libertarias destacan la habilidad de Karina Milei para disciplinar el espacio y consolidar su poder.