Víctor Bugge, el fotógrafo presidencial que retrató la historia argentina durante casi medio siglo, se retiró en 2025 tras haber sido testigo y protagonista de los momentos más emblemáticos de la vida política nacional. Desde su ingreso a la Casa Rosada en 1978, Bugge acompañó a todos los presidentes, desde Jorge Rafael Videla hasta Javier Milei, capturando con su lente tanto los festejos como las crisis, las transiciones democráticas y los episodios de tensión institucional.

A lo largo de su carrera, Bugge fue testigo de hechos históricos como el intento de copamiento del cuartel de La Tablada, el levantamiento carapintada de Semana Santa, el Pacto de Olivos y la sucesión frenética de presidentes durante la crisis de 2001. "Estuve siempre a un metro cuadrado de todos los presidentes", afirma Bugge, quien considera que su trabajo es un relato visual construido foto a foto, reflejando la complejidad y la humanidad de los líderes políticos.

Su labor fue reconocida por la Legislatura porteña, que lo nombró Personalidad Destacada de la Cultura, en un acto donde fue acompañado por colegas, periodistas, políticos y empleados de la Casa de Gobierno. Bugge recuerda con emoción los momentos compartidos con figuras como Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernando de la Rúa, Néstor y Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Javier Milei, y destaca la importancia de la Plaza de Mayo como escenario de la vida institucional argentina.

El fotógrafo también enfrentó desafíos personales, como el síndrome de Tourette, que lo acompañó durante toda su carrera. "La cámara me salvó, me protegió", confiesa Bugge, quien aprendió a transformar la mirada hacia sí mismo en una mirada hacia los otros a través de la fotografía. Con la llegada de la tecnología y los celulares, Bugge observa que el rol del reportero gráfico ha cambiado, pero reivindica la importancia de la profesionalidad y la sensibilidad en el oficio.

Su legado es un testimonio visual de la historia argentina, puesto siempre a disposición de la sociedad y reconocido por el arco periodístico de todas las ideologías. Bugge concluye que la fotografía es un relato colectivo y que su mayor satisfacción es haber contribuido a la memoria nacional.