La investigación sobre Matías Jurado, el presunto asesino serial de Jujuy, ha dado un giro inquietante tras el hallazgo de dos nuevos perfiles de ADN en su vivienda de Alto Comedero, San Salvador de Jujuy. Las autoridades confirmaron que estos perfiles no corresponden a los familiares de los desaparecidos previamente identificados, lo que refuerza la hipótesis de que el número de víctimas podría ser mayor al inicialmente estimado.

El caso, que salió a la luz a principios de agosto, ya había estremecido a la provincia por la brutalidad de los hechos y la cantidad de pruebas recolectadas. Hasta el momento, se han identificado los restos de Jorge Omar Anachuri, de 68 años, y Sergio Alejandro Sosa, de 25, cuyos cuerpos fueron hallados en el patio de la casa de Jurado. Además, continúan desaparecidos Miguel Ángel Quispe, Juan Carlos González y Juan José Ponce, aunque los nuevos perfiles genéticos no corresponden a ellos.

Durante el allanamiento realizado el 31 de julio, la policía encontró más de 200 elementos de prueba, entre ellos restos óseos, sangre en muebles y herramientas, y evidencia de intentos de limpieza con luminol. "Hace 20 años que trabajo en esto y nunca tuvimos un caso así", declaró una perito forense, destacando la magnitud y complejidad de la investigación. El fiscal regional Guillermo Beller y el procurador Sergio Lello Sánchez lideran la causa, con el apoyo del Equipo Argentino de Antropología Forense y la Gendarmería Nacional.

Jurado permanece detenido y aislado en el penal de Gorriti, mientras continúan las pericias psicológicas y forenses. Aunque un informe psiquiátrico de 2021 lo diagnosticó con psicosis y desorientación, los estudios actuales indican que comprende la criminalidad de sus actos. La madre de una de las víctimas, Rosalía Toconás, relató cómo su hijo fue engañado por Jurado bajo la promesa de una "changa" laboral.

El caso ha generado conmoción en la comunidad local y nacional, movilizando a fuerzas de seguridad y especialistas. Las autoridades advierten que solo se ha analizado el 20% de los elementos secuestrados, por lo que se esperan más revelaciones en los próximos días. La investigación sigue abierta y podría arrojar nuevas víctimas, consolidando este episodio como uno de los más graves en la historia criminal de Jujuy.