Un avión de Ethiopian Airlines que cubría la ruta entre San Pablo y Buenos Aires protagonizó un incidente el sábado por la noche al declarar emergencia por mínimo de combustible durante su aproximación al Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini de Ezeiza. El vuelo ET506, operado por un Boeing 777-260 (LR), realizó un extenso rodeo por el Conurbano bonaerense, descendiendo a una altitud inusualmente baja, especialmente sobre el partido de La Matanza, donde voló a solo 213 metros del suelo.

La situación activó de inmediato los protocolos de seguridad de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), que desplegó equipos de salvamento y control terrestre en la zona. El aeropuerto de Ezeiza permaneció cerrado a toda operación entre las 20:55 y las 21:15, priorizando la maniobra de emergencia y garantizando la seguridad de la operación.

El vuelo, que había partido desde el Aeropuerto Internacional de Guarulhos en San Pablo, tenía una duración estimada de 2 horas y 32 minutos, pero el trayecto se extendió a 3 horas y 29 minutos debido a los desvíos realizados para evitar una tormenta. Vecinos de distintas localidades del AMBA reportaron el paso del avión a baja altura y compartieron imágenes y videos en redes sociales, generando sorpresa y preocupación en zonas densamente pobladas. "Pasó por Casanova, pensé que se caía", relató una usuaria en Instagram.

Finalmente, el aterrizaje se concretó a las 20:59, con una demora de 30 minutos y sin consecuencias para los pasajeros ni la tripulación. Ethiopian Airlines informó que el arribo se realizó "sin novedades" y que el mismo avión operó posteriormente el vuelo de regreso a Adís Abeba, capital de Etiopía. Las autoridades y la aerolínea destacaron la protección de los pasajeros y la eficacia de los protocolos de emergencia.

El incidente subraya la importancia de la rápida activación de los procedimientos de seguridad en el principal aeropuerto internacional de Argentina, especialmente en situaciones de riesgo y bajo condiciones meteorológicas adversas. Ezeiza, ubicado a 35 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, gestiona la mayoría de los vuelos internacionales y es el epicentro del tráfico aéreo de larga distancia en el país.