El mercado inmobiliario de Añelo, ciudad clave en el desarrollo de Vaca Muerta, atraviesa una etapa de estabilización tras años de crecimiento acelerado impulsado por la industria petrolera. Según fuentes del sector, la demanda de alquileres para trabajadores petroleros sigue siendo alta, pero ya no crece al ritmo explosivo de años anteriores. Actualmente, Añelo cuenta con más de 15.000 plazas disponibles, una cifra inédita para la región patagónica.

Los precios de los alquileres se mantienen elevados: un departamento pequeño amoblado puede costar alrededor de $1.600.000 mensuales, mientras que casas grandes para cuadrillas de ocho trabajadores alcanzan los $5.000.000. La proliferación de módulos habitacionales, de entre 25 y 29 metros cuadrados, ha sido una respuesta rápida a la demanda. Estos espacios, que pueden instalarse en menos de 48 horas, se alquilan por cama a valores que oscilan entre $600.000 y $900.000 mensuales, dependiendo de las comodidades y si se comparten servicios.

El intendente Fernando Banderet confirmó que existen proyectos para sumar 450 camas adicionales, aunque reconoció que el crecimiento de la infraestructura urbana no acompaña el ritmo de la expansión habitacional. "El Estado siempre va atrás, pero tenemos que hacerlo", señaló Banderet, reflejando la preocupación por la falta de servicios básicos en la ciudad.

La dinámica del mercado ha cambiado en parte por la decisión de muchas empresas de instalar campamentos propios dentro de los yacimientos, lo que redujo la presión sobre el casco urbano. Sin embargo, la especulación inmobiliaria persiste y la convivencia entre alquileres tradicionales y módulos prefabricados se ha vuelto la norma.

Vecinos y comerciantes locales coinciden en que, aunque el dinero abunda, la infraestructura sigue siendo insuficiente para sostener el crecimiento poblacional. Inmobiliarias advierten que los módulos habitacionales, aunque prácticos, se deprecian rápidamente debido al uso intensivo y el recambio constante de personal. Añelo, en definitiva, continúa adaptándose a la velocidad de Vaca Muerta, enfrentando el desafío de equilibrar desarrollo económico y calidad de vida para sus habitantes.