El precio de la carne vacuna en Argentina experimentó en noviembre de 2025 un aumento promedio del 8,2%, según datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) y la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Este incremento, ampliamente superior a la inflación mensual del 2,5% informada por el INDEC, interrumpió la tendencia de desinflación y generó inquietud tanto en consumidores como en el sector comercial.

El fenómeno, de acuerdo con informes de la Sociedad Rural Argentina (SRA) y la BCR, responde a una combinación de factores estructurales y coyunturales. Entre los principales motivos se encuentran la escasez de hacienda, la retención de animales por condiciones forrajeras favorables, y la influencia de factores climáticos como lluvias intensas que dificultaron la logística y el traslado de ganado. Además, la herencia de la sequía de años anteriores redujo el stock ganadero, con una caída de hasta 1,4 millones de terneros en dos años.

A nivel productivo, las políticas implementadas entre 2019 y 2023, como intervenciones en precios y restricciones a las exportaciones, desalentaron la inversión y afectaron la capacidad de crecimiento del rodeo. Si bien el cambio político de 2024 eliminó regulaciones y devolvió previsibilidad al sector, la recomposición del stock ganadero llevará entre dos y cuatro años debido a los tiempos biológicos propios de la actividad.

En el mercado, el precio del novillito liviano en el Mercado Agroganadero (MAG) subió cerca de un 10%, mientras que la carne en gancho aumentó un 7,5%, según el Centro de Consignatarios Directos de Hacienda (CCDH). En contraste, los precios de la carne de pollo y cerdo se mantuvieron más alineados con la inflación general, con subas interanuales del 32% y 33% respectivamente.

El consumo de carne bovina en los hogares argentinos ha disminuido en los últimos años, mientras que el de pollo y cerdo aumentó, modificando los patrones de consumo que el IPC aún no refleja completamente. La demanda internacional, sumada a una leve recuperación del salario real, también contribuye a la presión sobre los precios.

Tanto la SRA como la BCR coinciden en que el actual aumento de precios no es un fenómeno aislado, sino el inicio de un nuevo ciclo estructural para la ganadería argentina. "Los precios de hoy marcan el comienzo de un nuevo ciclo, no su final", afirmó la Sociedad Rural, advirtiendo que el proceso de recomposición será gradual y que el impacto en los consumidores podría prolongarse en el tiempo.